Académica de Santo Tomás participa en encuentro que conmemora 70 años de ordenación sacerdotal de Benedicto XVI

La Directora Nacional de Formación e Identidad, María Esther Gómez de Pedro, quien además es miembro del Nuevo Círculo de Discípulos de Joseph Ratzinger, destacó la figura del Sumo Pontífice, precisando que “cuando leo a Ratzinger no solo leo sabiduría, sino que veo una espiritualidad muy profunda”.

El pasado 23 de junio la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, junto a Rome Reports, agencia católica de noticias, realizó un encuentro por streaming para conmemorar los 70 años de ordenación sacerdotal de Benedicto XVI, instancia que contó con la activa participación de María Esther Gómez de Pedro, Directora Nacional de formación e Identidad de Santo Tomás y también miembro del Nuevo Círculo de Discípulos de Joseph Ratzinger.

La instancia contó con ponencias del Monseñor Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia; Padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación Ratzinger; Pablo Blanco, representante de la Universidad de Navarra, España y la propia académica de Santo Tomás María Esther Gómez de Pedro, quien durante su intervención aseveró sobre cómo se formó este Círculo de Discípulos de Ratzinger y las actividades que han tenido el honor de compartir con el Papa Emérito.

“No sólo teníamos la oportunidad de tener un saludo personal con él, sino que además podíamos presenciar la misa. Para mí fue impactante verle celebrar la misa, lo que él vive lo ha transmitido en sus escritos y prédicas y yo viví lo que había leído de él. Yo cuando leo a Ratzinger no solo leo sabiduría, sino que veo una espiritualidad muy profunda y su manera de celebrar (la misa) es de una discreción que te pone en primer relieve al protagonista principal de la eucaristía, que es Jesucristo”, sostuvo.

Agregó que “recuerdo perfecto que él pasa a un segundo plano aunque esté presidiendo la misa. Recuerdo hasta el día de hoy que él un día dijo: “nosotros no poseemos la verdad, sino que la verdad nos posee a nosotros’ y esto te habla de una actitud profundamente humilde de acogida y desde ahí una vivencia personal de transmisión, y eso es lo que yo veo en todo su ministerio y por eso me alegro tanto de que estemos celebrando sus 70 años de sacerdocio”, sostuvo.

Acto seguido, la académica destacó que “yo trabajo en la Universidad Santo Tomás. Tomás de Aquino fue uno de los grandes paladines entre fe y razón. Yo sí percibo en colegas y estudiantes que cuando leen algo de Ratzinger dicen: “ah, aquí hay algo que me interpela”. Él ayuda a la gente a acercarse a la verdad. La fe es razonable, si yo busco la verdad no me puedo quedar indiferente”.

ORDENACIÓN SACERDOTAL

En tanto, Monseñor Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y secretario personal de Benedicto XVI, sostuvo que “el Papa es una persona de 94 años, se encuentra débil y frágil, le cuesta trabajo hablar, pero está de buen humor y su cerebro funciona perfectamente. Benedicto dice ‘todos los días empiezo con el Señor y termino con el Señor, veremos cuánto dura’”. Añade que Ratzinger “recuerda perfectamente la ceremonia de su ordenación sacerdotal que fue junto a su hermano, lo recuerda como si hubiera sido ayer” en alusión a la ceremonia que tuvo lugar el 29 de junio de 1951.

Por su parte, el Padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación Ratzinger y quien fuera su portavoz durante su pontificado, recordó el último encuentro público entre Benedicto XVI y el Papa Francisco, ocasión en la que se conmemoró la ordenación sacerdotal N° 65 de Benedicto XVI, en 2016. “Ese evento público fue el último de él y el Papa estaba muy conmovido (…) sus palabras eran de amor hacia Jesucristo, que lo llamó al servicio de la iglesia por vocación, servir al pueblo de Dios. La profundidad de esta vocación sacerdotal es maravillosa, es la clave de la interpretación de su vida. Cuando en su autobiografía él habla de la ordenación sacerdotal se percibe muy bien que ese fue el acontecimiento clave en el que se desenvuelve su vida como vida de servicio, de estudio, de amor a Dios”, enfatizó.

Asimismo, Pablo Banco, biógrafo de Benedicto XVI, también destacó la importancia de la eucaristía y la adoración. El representante de la Universidad de Navarra manifestó que “Ratzinger no es un místico, es más bien racional, pero él quería purificar el sacerdocio. Afrontó el gran reto de la pederastia y abusos de menores. Él empieza a investigar este tema en el año 1985 y el 2001 los lleva a Roma, a la congregación de la fe. Es decir que la operación limpieza comienza en la iglesia. No solo adopta medidas disciplinares, sino que en su publicación ‘Dios es Amor’ habla de la teología y de la purificación, habla de cómo el Eros Humano tiene que purificarse para convertirse en un verdadero ágape cristiano. Él propone al Santo Cura de Ars como modelo para todos los sacerdotes, él decía que se notaba la pureza de su vida por cómo miraba la eucaristía”, sentenció.