¿Cómo evitar el síndrome post-vacaciones?
Llegó marzo y atrás quedaron los días de sol, playa y ocio. Volvemos a trabajar, los niños al colegio y la rutina se hace presente. En este contexto, es importante que sepamos identificar si estamos frente al denominado “síndrome post-vacaciones”, pues desde allí podemos tomar acciones para no dejarnos estar, ni auto medicarnos para afrontar esta etapa.
Cuando nos reintegramos a las labores habituales y retornamos de las vacaciones de forma abrupta y no paulatina, el cambio se produce en forma de choque y es lógico que nuestro cuerpo reaccione de forma irritable; de hecho, sentiremos fatiga, cansancio, desánimo, o al contrario un estrés injustificado, puesto que venimos de vacaciones donde -en teoría- nos renovamos y despejamos del cúmulo de preocupaciones que soportamos durante todo el año.
Esto no es novedad. La mayoría estamos sometidos a rutinas de vida y nos cargamos de actividades, preocupaciones, deseos no cumplidos y metas postergadas. Allí es cuando nuestra vida pide que seamos generadores de los cambios y evitemos que los cambios nos sorprendan.
Todo inicio tiene un final, así pues, nuestras vacaciones. Cuando las iniciamos sabemos que habrá una fecha de término, seguida del retorno a las actividades laborales. Nadie sale sin saber cuándo regresará, sin embargo, solemos dejar todo para última hora y se nos acumulan cosas, actividades y detalles. Aquí un consejo: “Debemos vivir para nosotros”, es decir jugar a nuestro favor y no en contra.
Tomar acciones para nuestro Bienestar es muy importante a la hora de que nuestras vacaciones tengan el mejor efecto posible en nuestras vidas, así como para nuestro entorno familiar. A continuación, una serie de recomendaciones a fin de evitar consecuencias que requieran tratamientos más especializados, que se pueden evitar con simple acciones de preparación:
- Visualiza con tiempo el momento de volver de vacaciones. Si estas de viaje o fuera de tu contexto habitual, por lo menos date una semana para reincorporarte a tu vida, a tus funciones y rutinas. Así podrás preparar tus nuevas pautas para volver a clases, trabajo u otras funciones.
- Retoma tus rutinas alimenticias, y si tienes oportunidad hacer una desintoxicación con alimentos naturales, no procesados, hazlo para que tu cuerpo retome la vida sana y el equilibrio luego de los excesos de vacaciones. Y bebe mucha agua.
- Camina, no es necesario que te inscribas a un gimnasio; se ha comprobado que hacer media hora de caminata diaria prepara el cerebro para estar mejor de ánimo, tener actitud positiva, evitar así enfermedades y prolongar la vida. Si no es tu rutina, aprovecha para crear el hábito.
- Ordena. Por tedioso que suene, ordenar tu ropa, documentos y materiales ahora, te ahorrará tiempo en el futuro.
- Al volver al trabajo practica el agradecimiento; piensa que gracias a tu buena actitud para con el trabajo puedes salir de vacaciones y disfrutar junto a los que te quieren, es una acción sencilla que la neurociencia ha descubierto, y comprobado, que mejora hasta las capacidades de aprendizaje y nos alivia del estrés.
- Revisa tus metas laborales y personales, replantea y cámbiales de nombre, el orden y la prioridad; eso oxigenará tu cerebro y te dará la sensación de que son nuevos desafíos por lograr.
- Renueva tu entorno físico, oficina o local de trabajo. Cambia la disposición del mobiliario o herramientas de trabajo; integra una fotografía, cuadro o planta que renueve tu entorno.
Aprovecha estos tips, mejora tu salud mental, estabilidad emocional y por ende tu estado físico. Esto te dará equilibrio para asumir con la mejor disposición el reinicio de la vida laboral. Tú decides con qué actitud volver, ¡Tú Puedes!