¿Puede el ejercicio físico tener efectos positivos en las funciones cognitivas, en el rendimiento académico, en la salud mental y física?
Esta fue la pregunta inicial que nos planteamos un grupo de investigadores de la Universidad Santo Tomás cuando elaboramos el proyecto de investigación, que ahora estamos ejecutando en la sede Los Ángeles con nuestros estudiantes.
Para entender de dónde surge la idea de estudiar los efectos cognitivos en el rendimiento académico y en la salud mental de un programa de actividad física en jóvenes con alteraciones metabólicas debo contextualizar el panorama actual de salud metabólica, nutricional y física de nuestra juventud.
Iniciemos diciendo que, en las últimas décadas, Chile ha sufrido un gran cambio demográfico y epidemiológico, que ha provocado un envejecimiento de la población y profundos cambios en su perfil nutricional. En cuanto a los hábitos de alimentación y de actividad física, las familias han reemplazado el consumo de comidas caseras por el de comidas rápidas y de alimentos con alta concentración calórica, grasas saturadas y azúcares (especialmente bebidas gaseosas).
Este tipo de alimentación queda muy lejos de las dietas saludables recomendadas (Ministerio de Salud de Chile), que incluyen diariamente 5 raciones de verduras y frutas de colores distintos, también legumbres y pescados, al menos 2 veces por semana.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de consumo alimentario (ENCA) el 95% de la población chilena no tiene una alimentación saludable. Además, cerca del 80% de la población no realiza actividad física regularmente, lo cual queda muy lejano del tiempo mínimo de 60 minutos diarios de actividad física recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para niños de 5-17 años y de 150 minutos semanales para la población de 18-64 años.
Con todos estos antecedentes, se cree que la población Chilena es esencialmente sedentaria, que ha aumentado a través de los años la prevalencia de malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad) y las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNTs). En particular, la población adolescente (15-24 años), que será nuestro grupo de estudio, tiene altos niveles de malnutrición por exceso (37,8% de los cuales 26,9% tienen sobrepeso y 10,9% obesidad), provocados principalmente por estilos de vida insanos.
Según la Encuesta nacional de actividad física y deporte del 2010, el 74,2% de los jóvenes se declara sedentario y según la ENCA los jóvenes son el grupo etario que presenta mayor consumición de alimentos azucarados (principalmente dado por el consumo de bebidas gaseosas). Todos estos factores están generando una población adolescente con un gran desbalance energético y cada vez menos saludable, con mayor posibilidad de convertirse en adultos obesos, con alta presencia de factores de riesgo metabólicos, intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. Por otro lado, la obesidad y factores de riesgo metabólico se han asociado a un bajo nivel de actividad física, una pobre condición física, un bajo rendimiento cognitivo y a un aumento de problemas psicológicos, incluyendo sintomatología depresiva o ansiedad. Aun cuando no se tiene certeza si estas asociaciones se repiten de igual forma en personas con síndrome metabólico.
¿Qué es el síndrome metabólico?
En esa línea, se entiende el síndrome metabólico (SdM) como un conjunto de factores de riesgo interrelacionados (1) Presión arterial > 130/85 mmHg, 2) Circunferencia cintura elevada (102 cm hombres y 88 cm mujeres), 3) Colesterol HDL < mg/dl en hombres o <50 en mujeres, 4) Glicemia basal elevada (>100 mg/dl) y 5) Triglicéridos elevados (>150 mg/dl). Se ha visto que se asocia a mayor riesgo cardiovascular y diabetes mellitus a largo plazo y en conjunto es capaz de predecir estas patologías mucho mejor que cada variable por separado.
Según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2010, la prevalencia en Chile del SdM es de un 35,3% en la población en general, aumentando en un 12% desde la medición nacional del 2003. Se espera que esta prevalencia aumente con el tiempo debido a los malos hábitos de alimentación, al sedentarismo y al aumento de la obesidad. En particular, tal como se indicó anteriormente, la población adolescente (15-24 años), que será nuestro grupo de estudio, tiene altos niveles de malnutrición por exceso (37,8% de los cuales 26,9% tienen sobrepeso y 10,9% obesidad), provocados principalmente por estilos de vida insanos.
En la actualidad, existe bastante evidencia que asocia negativamente la obesidad y factores de riesgo metabólicos con baja condición física, déficit en las funciones cognitivas y aumento de psicopatologías. Por otra parte, existe evidencia que apoya la idea, que el ejercicio regular reduce el peso, normaliza el perfil metabólico, así como también mejora las funciones cerebrales y el rendimiento cognitivo, lo cual podría afectar positivamente al rendimiento académico. Sin embargo, no se tiene certeza sobre los efectos de un programa de ejercicio físico en las funciones cognitivas y salud mental de personas con síndrome metabólico.
¿Qué propusimos?
Basados en los antecedentes anteriormente descritos, junto con un grupo de investigadores de las carreras de kinesiología, nutrición, enfermería y psicología de la UST-Los Ángeles decidimos presentar un proyecto de investigación a la Dirección de Investigación e Innovación de nuestra casa de estudios, que tenía como objetivo estudiar los efectos a corto y largo plazo de un programa de ejercicio de 12 semanas de duración, sobre las funciones cognitivas, el rendimiento académico y también salud mental y física de estudiantes de universidad con síndrome metabólico.
¿En qué consiste el proyecto?
Este proyecto se llama: SALUD EN MOVIMIENTO y pretende contribuir al entendimiento de los efectos del ejercicio y más ampliamente de estilos de vida saludable en las funciones cognitivas y el rendimiento académico (Objetivo primario) y también sobre importantes variables, que determinan la salud mental y física de los adolescentes (objetivo secundario). A nuestro conocimiento, no existe otro estudio controlado-aleatorizado en el mundo que haya estudiado los efectos a corto y largo plazo de un programa de ejercicio en las funciones cognitivas, rendimiento académico y salud mental de personas con síndrome metabólico.
SALUD EN MOVIMIENTO es un estudio controlado-aleatorizado, al cual podrán participar quienes cumplan con los criterios del nuevo consenso IDF-ATP, para el diagnóstico de síndrome metabólico. En la actualidad, estamos en la etapa de búsqueda de universitarios con síndrome metabólico que deseen participar en forma voluntaria.
Así esperamos obtener una muestra de 60 alumnos con SdM, los cuales serán aleatorizados en dos grupos: un grupo ejercicio (EJE, n=30) y un grupo control (CON, n=30).
El programa de ejercicio se realizará en 3 sesiones por semana de 75 minutos cada una y durante 12 semanas, focalizándose principalmente en ejercicios de moderada y alta intensidad, incluyendo también ejercicios de fuerza muscular.
Para determinar si los efectos del ejercicio se mantienen en el tiempo se evaluará sus potenciales beneficios luego de 6 meses acabada la intervención. Se evaluará las funciones cognitivas mediante test estandarizados, el rendimiento académico en base a las tasas de aprobación obtenidas en la universidad y secundariamente, se evaluará la salud mental mediante escalas estandarizas y la salud física mediante el nivel de actividad física, la condición física, la composición corporal, el estado nutricional y variables que indicarán conductas activas.
¿Para qué puede servir este proyecto?
Los resultados que se extraigan de la investigación podrían servir de gran ayuda para mejorar la caracterización de la sintomatología y prevalencia del síndrome metabólico en la adolescencia. Además, ayudará a entender el potencial efecto que puede tener el ejercicio como herramienta terapéutica, para mantener e incluso mejorar las funciones cognitivas, el perfil metabólico y revertir posibles alteraciones en la salud mental y física de estudiantes universitarios; principalmente en aquellos que probablemente debido a estilos de vida no sanos han deteriorado su salud cardio-metabólica.
Creemos como investigadores que se hace necesario poner atención a la salud, física, nutricional y metabólica de los adolescentes, ya que es un crucial periodo para la adquisición y permanencia de conductas que determinarán su estilo de vida a futuro.
Generar controles precoces de indicadores de salud metabólica, como los que proponemos, es un gran desafío para países en vías de desarrollo como Chile, ya que esto permitirá generar las bases para el diseño e implementación de estrategias de prevención en la población y reducir en el futuro la carga de enfermedades crónicas no transmisibles. Por otra parte, los resultados que se desprendan de este estudio podrían ser beneficiosos para diseñar e implementar programas de intervención enfocados en grupos de riesgo, como lo son adolescentes con sobrepeso/obesidad, con bajo nivel de actividad física y condición física, con altos niveles de ansiedad o sintomatología depresiva.