Intestino bajo presión: Cómo el ritmo acelerado afecta tu salud digestiva
Las molestias intestinales se han convertido en un signo clínico común y cada vez más prevalente en esta sociedad marcada por el estrés, donde cada vez tenemos menos tiempo para la actividad física y un mayor consumo de alimentos ultraprocesados. Estos factores, que parecen facilitarnos la vida, terminan reduciendo el espacio para una alimentación adecuada y consciente.
En una sociedad globalizada, ¿Cómo afectan estos cambios a nuestra salud intestinal?
Este estilo de vida tan apresurado nos lleva directamente a cambios en nuestra salud intestinal, que se pueden traducir en un exceso de meteorismo, diarreas ocasionales o estreñimiento. También, se pueden presentar periodos de diarreas intercalados con periodos de estreñimiento. La mayoría de estos síntomas se pueden asociar al síndrome de intestino irritable (SII) o al síndrome de sobrecrecimiento bacteriano.
El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno del tracto gastrointestinal que se caracteriza por dolor abdominal crónico y recurrente malestar, junto con alteraciones en los hábitos intestinales, que ocurren en ausencia de otras enfermedades gastrointestinales orgánicas (Defrees and Baley, 2017)
La prevalencia del SII en Chile es alta, estimándose que al menos 20% de la población lo padece, siendo una de las cifras más elevadas a nivel regional. Esta cifra es más alta que la prevalencia global promedio (entre el 7% y 15%). (Andrew y Salazae, 2024).
¿Cómo prevenir y manejar el SII?
La clave está en adoptar un estilo de vida saludable que incluya:
· Alimentación equilibrada: rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables provenientes de fuentes naturales como aceite de oliva extra virgen, aceite 100% maravilla, palta y frutos secos.
· Evitar ultraprocesados: hamburguesas, embutidos, sopas instantáneas, entre otros, ya que contienen aditivos que pueden aumentar la inflamación intestinal.
· Reducir el exceso de azúcar: su consumo altera la microbiota, favorece la fermentación y provoca inflamación, gases e incluso diarrea.
· Hidratación adecuada: el agua es esencial para el tránsito intestinal y la formación correcta de las deposiciones.
· Manejo del estrés y actividad física: el SII se relaciona con la sobreestimulación intestinal, por lo que controlar el estrés mediante recreación y ejercicio es fundamental.
Como se menciona anteriormente, el SII es consecuencia de una sobreestimulación de nuestro intestino y una medida fundamental para controlar su estimulación es preocuparnos de nuestra salud mental, evitar el estrés o realizar un manejo adecuado con actividades recreativas y práctica de actividad física regular.
El SII no es una alteración orgánica, pero se puede confundir con otras enfermedades, por eso, es de suma importancia estar atenta/o a otros signos de alarma. Aquellos sugieren una causa subyacente más grave que el SII, como la pérdida de peso inexplicada, la aparición de sangrado rectal (proctorragia), la anemia o la diarrea nocturna. (Zubair Malik, 2024)
En conclusión, el SII es un síndrome molesto, que puede afectar la calidad de vida de las personas. Pero, con cambios en nuestro estilo de vida, una dieta equilibrada y saludable, una ingesta de agua adecuada y evitando el exceso de azúcar y de alimentos ultraprocesados, se puede controlar. Es muy importante asistir a chequeos médicos para descartar otras causas funcionales o vigilar posibles signos de alarma.
En una sociedad cada vez más acelerada, cuidar nuestra salud intestinal es una prioridad: busca espacios para relajarte, alimentarte bien y mantener tu bienestar digestivo.
Referencias:
Malik, Z. (2024, abril [revisado mayo 2024]). Síndrome del intestino irritable. Virtua Health System. https://www.virtua.org/SII-irritable-bowel-syndrome
Andrews, M., Salazar, L., & Kreindl, C. (2024). Relación entre el síndrome del intestino irritable y estilos de vida: un estudio transversal. Revista Chilena de Nutrición, 51(6), 468–476. https://doi.org/10.4067/s0717-75182024000600468