Finalizando la Segunda Guerra Mundial (1945) empezó a quedar muy clara la separación del mundo en 2 bloques irreconciliables: Estados Unidos (y la Europa occidental) versus la Unión Soviética con su modelo marxista, esto es, la famosa “Guerra Fría”. Europa del Este, por su parte, ya estaba “secuestrada” por el comunismo soviético. En las décadas que siguieron el mundo estuvo impactado por varios fenómenos geopolíticos importantes, a saber:

  1. La descolonización y la emancipación de muchos territorios de África y Asia.
  2. La consolidación de un bloque de países “no alineados” y la conformación del Tercer Mundo.
  3. La aparición de los llamados “tigres asiáticos” con su fuerte dinamismo económico.

La Guerra Fría termina claramente en el año 1991 con la muerte y desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, quedando por un tiempo Estados Unidos con un poder hegemónico a nivel internacional. En la década de los noventa del siglo XX, al menos dos fenómenos resultan ser trascendentales: a) la guerra de Los Balcanes en el territorio de la ex Yugoslavia; b) el ascenso económico de China y su posicionamiento a nivel mundial.

Ya a inicios del siglo XXI se podía comenzar a observar la clara aparición de un mundo “multipolar”, y la desaparición del mundo “bipolar” o “unipolar”. A principios del siglo XXI se podría argumentar que existían al menos 3 grandes actores: EEUU; China y la Unión Europea. Alrededor del año 2020 se podría sostener que existían al menos 5 actores fuertes: EEUU; China; la Unión Europea; la Federación Rusa; India.

En general, el siglo XXI ha visto transcurrir muchos conflictos y fracturas entre naciones en pocos años. Existe además una clara división entre “democracias” y “autocracias”. Una fuerte separación entre el Norte rico e industrializado y el denominado actualmente “Sur Global”. Algunos historiadores y politólogos también argumentan que Occidente ha ido perdiendo peso económico y político, en términos relativos, con el ascenso de varias naciones del mundo más “oriental”.

En los últimos 3 años se ha hecho más evidente la intención de China y Rusia de crear e instaurar un “Nuevo Orden Mundial”, muy diferente a aquel que Estados Unidos y Europa llevaron adelante desde 1945 con un rol protagónico de Occidente en la escena global. Vale la pena recordar que instituciones y organismos multilaterales tales como la ONU, el FMI, el Banco Mundial y el GATT lideraron, en parte, los destinos del mundo en el ámbito económico en la segunda mitad del siglo XX.

Un actor geopolítico importante que intentará posicionarse a nivel mundial en los próximos 50 años es el bloque conocido con el acrónimo “BRICS”, esto es, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y que intentará rivalizar permanentemente con Occidente. En dicho bloque, China y Rusia son las naciones más poderosas, la India es un actor global “emergente”, y Brasil y Sudáfrica son actores “regionales” con influencia sólo en América Latina y África, respectivamente.

Resulta casi evidente que el BRICS podrá sumar más naciones de diferentes continentes en los próximos años, y que dichos países serán emergentes o en vías de desarrollo. Por otra parte, no se debe olvidar que al menos en China, India y Rusia los “gobiernos” actuales vienen siendo regímenes más que autoritarios. En esta tercera década del siglo XXI está existiendo especialmente una fractura enorme entre la democracia liberal de Occidente con el autoritarismo o “semi – totalitarismo” en las naciones lideradas por Xi Jinping y Vladimir Putin. Es un hecho que América Latina se verá fuertemente tensionada por este conflicto en los próximos 2 decenios.

 

Gustavo Mallat Garcés (Académico e Investigador)

Analista Internacional

Universidad Santo Tomás (UST – CIMON)