La importancia de los humedales
Los humedales urbanos corresponden a zonas de transición entre los ecosistemas terrestres y los ecosistemas acuáticos, que tienen hasta seis metros de profundidad y se encuentran total o parcialmente dentro del radio urbano.
A principio del año 2020, se publicó la Ley de Protección de los Humedales Urbanos con el fin de entregar a los municipios herramientas concretas que permitan proteger los humedales y la postergación de permisos de subdivisión predial, loteo, urbanización y de construcciones. Es sin lugar a duda un gran logro contar con criterios definidos para la protección, conservación y preservación de humedales urbanos, pero dejando una sensación de que las acciones realizadas no van a la mano de las urgencias que merece este tema, quedando a la merced de trámites administrativos que a fin de cuenta dependen de los municipios o del Ministerio del Medio Ambiente.
La publicación de esta ley fue entre estallido social y pandemia, factores sociales que, sin duda en un inicio, han afectado una mayor aceleración en los procesos de reconocimientos legales de humedales urbanos. Las agrupaciones sociales y medioambientales junto a la comunidad son los principales gestores que gatillan mecanismos de presión para proteger zonas de humedales, extrañando una participación más diligente de sectores públicos y de privados que lideren la conservación de ellos.
Hasta junio del 2022, el Ministerio de Medio Ambiente había reconocido un total de 83 humedales urbanos a nivel nacional, protegiendo un total de 8.383,75 hectáreas. Sin embargo, antes del año de la publicación de esta ley un total de 1.400 humedales estaban identificados como tal. Algo no calza en los números ni en la celeridad de las acciones realizadas para reconocer humedales. Los humedales, estén o no legalmente protegidos, debieran ser identificados evitando su degradación, de acuerdo con los conceptos del Convenio de Ramsar.
De ninguna manera, debemos justificar el abandono o deterioro de humedales que no sean declarados espacio natural protegido, como tampoco permitir que avancen los rellenos y construcciones de edificios sin tener la misma urgencia las acciones que lo declaren como zona protegida.
A la fecha las intervenciones comunitarias y agrupaciones medioambientales son quienes han mantenido en la conciencia del colectivo la importancia de los humedales. Un trabajo participativo con las comunidades es esencial para seguir avanzando, estableciendo instancias reales de participación social implicando a organizaciones científicas, no gubernamentales, sectores productivos incluyendo a profesionales y empresas privadas relacionadas con humedales junto a representantes de gobierno para poder proteger y en otros casos recuperar espacio de humedales urbanos. Los humedales urbanos son un «bien común» y muchos no visualizan el valor contenido en ellos al momento de tomar decisiones. Debemos acelerar las acciones para proteger a quienes ahora nos protegen.