Las posibles causas de la violencia escolar

Sicólogo Daniel Bustamante: «El estrés sostenido nos lleva a la irritabilidad, a la agresividad»

El regreso a las aulas de niños, niñas y adolescentes se ha visto teñido por el aumento de casos de bullying y violencia escolar, situación que inquieta a la comunidad educativa. Según el profesional de la salud los comportamientos violentos se podrían explicar cómo consecuencia del estrés y el aislamiento por la pandemia, y la adicción a las pantallas.

Durante el mes de marzo los casos de bullying y de violencia entre estudiantes se multiplicaron en diversos establecimientos educacionales del país, los que fueron difundidos ampliamente por las redes sociales y los medios de comunicación y que no han dejado a nadie indiferente.

En Ovalle, capital de la provincia de Limarí también se produjeron estos hechos, en dónde un grupo de alumnos de enseñanza media se vieron involucrados en una violenta riña en plena plaza de armas.

Las autoridades locales ya han anunciado las medidas que tomarán para mejorar la convivencia escolar entre estudiantes. Mientras que los profesionales de la salud mental entregan luces sobre las posibles causas de este fenómeno y las maneras de abordarlo. 

Violencia predecible

Es así que Daniel Bustamante Guerrero,  psicólogo clínico infanto-juvenil, terapeuta de juego, docente del IP-CFT Santo Tomás sede Ovalle y Director del Centro Psicológico Amarte entregó su visión sobre esta problemática.

Para él, “estas situaciones eran predecibles, antes hubo un estallido social que, justamente pone en evidencia que las cosas y el sistema educativo debían ser repensados, ya que lamentablemente siempre han estado vistos desde el adulto, y no desde las necesidades reales de los niños y los jóvenes, quienes  ya estaban en un ambiente difícil, mal tratante, donde no había educación emocional”, dice el profesional.

Con la llegada de la pandemia, estas condiciones se agravaron, en niños, niñas y adolescentes, según menciona Bustamante, que ya estaban sometidos “a malos tratos en contextos cotidianos”, con gritos, amenazas y castigos. “Y por supuesto un niño que está criado en un ambiente violento va a ser violento”, sostiene el sicólogo.

Por otra parte, el terapeuta cree que “hay un alta cuota de estrés y eso repercute en la memoria, en el aprendizaje. Y  estamos pensando en el colegio sólo en evaluar, en controlar y no anticipar y no preparar este regreso a clases, considerar las necesidades emocionales de los niños de ser protegidos y cuidados. ¿Cómo van a ver 45 alumnos encerrados en un espacio mirándose todos la cabeza, sin espacios grupales para encontrarse y comunicarse?”, dice Bustamante y agrega que el sistema escolar es “altamente competitivo, no está orientado a la cooperación”.

Adicción a las pantallas

Otro de los orígenes de la mayor agresividad entre los estudiantes, podría explicarse por la sobreexposición de los niños, niñas y adolescentes a las pantallas.

Daniel Bustamante señala al respecto que “la exposición al internet, de los niños y los adolescentes, a videojuegos sin control parental, donde hay violencia explícita tiene un impacto, observar y vivir la violencia en las redes sociales tiene un impacto, genera adicción. Ya está catalogada por la OMS, la adicción a los videojuegos, a las pantallas, como un trastorno mental. Lamentablemente las pantallas vinieron sin un manual de uso, por lo que hay que invitar a la cautela,  y efectivamente está dañando el sueño, hay mayor sedentarismo, trastornos de ansiedad, depresión, suicidio”.

Estrés sostenido

Los comportamientos violentos tendrían también una explicación en una reacción física del cerebro frente al estrés. Ante situaciones de peligro este produce una sustancia denominada cortisol, que le permite estar alerta. Sin embargo, el sicólogo Daniel Bustamante, advierte que “estamos en una sociedad intoxicada por cortisol” producto de una violencia sistemática.

El profesional señala que “efectivamente el cortisol mata neuronas y hace que se enlentezca el cerebro y que se encoja. De hecho el cerebro frente al cortisol, a este estrés sostenido, nos lleva a la irritabilidad, a la agresividad, que nos volvamos más demandantes, intransigentes”.

Momento de volver a la ternura y a educar en emociones

Como comunidad la preocupación está en evitar que los episodios de violencia y bullying se repitan en el ámbito escolar. Desde la mirada del experto en sicología infantil y juvenil, para ello “es urgente, desde nuestra sociedad y los sistemas educacionales primarios, secundarios y también en la educación superior, atender al bienestar de las personas, hay que promover un desarrollo sano” emocional y mentalmente.

El foco, según Bustamante, debe estar puesto en la salud mental, y “reivindicar la ternura, esa mirada, esa sonrisa, quizás esos abrazos que hemos ido perdiendo al estar en inercia, como piloto automático, frente a estas presiones sostenidas.  Ya no nos encontramos, no nos comunicamos, entonces creo que hay que validar la calidad del vínculo humano”.

A esto agrega que,  debemos educar en emociones pues “el encierro ha provocado el menor desarrollo de habilidades sociales. Es momento de actuar, de apoyarnos y de hablar de estos temas de salud mental, porque sabíamos que iba a ver una crisis. La pandemia lamentablemente no ha terminado y es momento de poder acompañar, de esta ternura que propongo y creo que el arte, la lectura, la escritura y el juego son vitales para poder recuperar y reparar la salud mental y el cerebro de estos niños y niñas y por supuesto también de estas familias y la comunidad completa.