Crisis Climática: Un desafío de escala global que requiere de una nueva gobernanza
La crisis climática llegó, es real, aunque para algunos sea algo imaginario, como lo es para muchos la actual pandemia de COVID19. Siempre pueden existir escépticos, pero la realidad es que los expertos estiman que enfrentamos una crisis climática que tiene como punto crítico el año 2030, mientras que otros extienden este plazo límite hasta el 2050, solo un par de décadas más, lo que puede parecer mucho, pero que la realidad nos ha demostrado que es muy poco tiempo o casi nada para lograr revertir la situación actual y abordar los desafíos que requiere una crisis de esta magnitud.
Hoy contamos con una gobernanza global para responder a esta crisis, la que se encuentra al alero de las Naciones Unidas y que nace el año 1994 con la creación de la COP, también conocida como la Conferencia de las Partes, cuyo principal objetivo es lograr estabilizar las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero a un nivel que impida que el actuar interno de los países provoquen un efecto nocivo en nuestro sistema climático.
Este proceso institucionalizado a nivel global demoró 21 años en llegar al acuerdo de Paris 2015, lo que se tradujo en una primera base de compromisos internacionales sobre lo que debían hacer los Estados para abordar el problema del calentamiento global.
Sin embargo, estos acuerdos logrados en estas macro estructuras tradicionales, a un ritmo político tradicional, está cambiando. Desde la COP25, Chile lidera la iniciativa denominada Alianza por la Ambición Climática (NET-ZERO 2050), que busca transformar nuestras economías y sistemas productivos en “Carbono Neutral”, rompiendo con paradigmas convencionales de los grandes acuerdos políticos internacionales para buscar acuerdos globales, pero con iniciativas voluntarias que involucran a países, regiones, ciudades y empresas.
Hasta mayo de 2020, ya se han sumado 121 países, 398 ciudades y 796 grandes empresas transnacionales, que se comprometen con un nuevo modelo de Carbono Neutral, lo que está transformando el modelo de gobernanza tradicional a un nuevo tipo de gobernanza colaborativa, basada en la contribución pública y privada que hasta ahora involucra recursos por cuatro billones de dólares para hacernos cargo del compromiso por nuestra sustentabilidad ambiental.
En resumen, este desafío no es responsabilidad solo de los Estados, debe comprometer a toda la sociedad y a cada ciudadano de esta aldea global.
En este nuevo escenario de gobernanza colaborativa, se abren oportunidades para enfrentar los desafíos que tenemos a nivel mundial, pero también para lograr un desarrollo sustentable como país y en particular en la proyección de transformarnos en una potencia agro-alimentaria, lo cual dependerá de la capacidad que tengamos como país y región para responder de manera responsable e innovadora a los desafíos que emergen esta crisis climática.