Equipos de trabajo en educación superior: cohesión en tiempos difíciles
La psicología social nos dice que las circunstancias similares tienden a unir a las personas, dándoles un sentido de comunidad. Por tanto, el hecho de estar en medio de una pandemia nos podría cohesionar como grupos, instituciones, como país e incluso a nivel mundial, con metas comunes.
Pero no necesitamos ir tan allá ni complejizar tanto el tema, ya que lo que nos interesa en estas líneas es la cohesión en los equipos de trabajo, en educación superior. Entonces, ya tenemos un elemento de contexto que nos puede favorecer la unidad.
Se me ocurre que, para hablar de Cohesión, me centraré en otros conceptos con C, para describirla de forma más didáctica: Colaboración, Confianza, Conocimiento, Comunicación. Todo esto, sobre una base de compromiso.
Más que en otras circunstancias, en las actuales los líderes de grupo deben favorecer la colaboración por sobre la competencia, ya que esta última tiende a reforzar la individualidad, las diferencias entre «ellos y nosotros» y la carrera por el uso de recursos limitados para fines no comunes. Nuestra meta es clara y es unívoca: la formación integral de nuestros estudiantes.
Cuando trabajamos sin supervisión directa o presencial, es fundamental la confianza entre los miembros de un equipo. No es momento de preocuparse de si el otro trabaja las mismas horas que yo, si se levanta tan temprano, si tiene tantas tareas. Cada uno posee un ritmo personal, y así como los horarios de trabajo rígidos pueden complicar a una personalidad más dispersa o hiperactiva, y el lugar de trabajo puede afectar a una persona más reflexiva o con dificultades de concentración, el teletrabajo permite que las personas seleccionen su tiempo y espacio, según sus características.
Conocer bien a los miembros del equipo permite distribuir la carga de forma equitativa. No esperamos que todos hagan lo mismo, repartimos las tareas o partes de ellas según las cualidades y habilidades de cada uno, además de considerar sus posibilidades de acuerdo al contexto donde transcurre su trabajo actualmente (también implica criterios de solidaridad). De esta manera, los resultados son más eficientes y de mejor calidad.
La comunicación Continua, Cercana y Clara, nos permitirá estar oportunamente informados, acoger situaciones grupales e individuales-permitiendo la expresión personal de ideas y emociones- y evitar la ambigüedad, la distorsión y la falta de comprensión. Con una buena comunicación se favorece el clima emocional del grupo, se comparten ideas y se propicia la creatividad en el intercambio.