Daniela González, docente área odontológica

“Mi desafío es hacer una clase entretenida y lograr participación”

Hace siete años la odontóloga Daniela González Muñoz realizaba su primera clase como docente en el CFT Santo Tomás Puente Alto. Este año inició su octavo curso lejos de las salas y laboratorios, pero con la misma convicción que en el pasado.

“En este momento imparto 3 asignaturas: Asistencia clínica por especialidad, Anatomía y Bioseguridad y asepsia, además tengo alumnos que decidieron realizar su práctica laboral en tiempos de pandemia”, cuenta.

Si bien, al principio del año académico pudo percibir cierta resistencia por parte de los estudiantes, al cambio de modalidad y la realización de clases a distancia, hoy Daniela cuenta que “vamos bien, con buena aceptación y participación”.

“Los alumnos están aprendiendo y lo compruebo porque tengo participación activa, por parte de ellos, en las clases. Participan a través del chat cuando apagamos los micrófonos, para que no se acople”.

«Una persona feliz aprende»

La situación sanitaria obligó a realizar ciertas modificaciones en el día a día de la docente, quien reconoce que lo que más extraña es el contacto con los estudiantes.

“Extraño verlos en la sala de clases, conocerlos más allá de la clase. Llevo 7 años en la institución y siempre he mantenido buena relación con los alumnos; se les nota en la cara cuando están tristes o enojados y puedo conversar con ellos. Tengo la premisa de que una persona feliz es una persona que aprende y eso extraño de la sala de clases física”, explica la docente.

El cambio de escenario significó también un desafío, puesto que la distancia no podía ser un obstáculo para el desarrollo de los futuros Técnicos en Odontología mención Higienista Dental.

“Siento que las clases deben ser más interactivas aún; no podemos pasar una presentación y leerla, porque nuestros alumnos saben leer. Quizá, del total de estudiantes habrá un porcentaje que no se conecte por problemas de conectividad, pero hay otro porcentaje, menor, que no se conectará porque encuentra fome al profesor y mi desafío es hacer una clase entretenida, con participación, donde se les entregue un aporte extra que no aparezca en las presentaciones para que ellos se motiven a ir a clases”.

Si bien Daniela tenía cierta experiencia por cursos y webinars realizados a distancia, esta fue la primera vez que impartía una clase a distancia, y a la fecha ha descubierto ciertos aprendizajes.

“Tanto los alumnos como los docentes nos hemos acercado más a estas herramientas tecnológicas. A los alumnos les costaba al principio, había alumnos antiguos que no usaban su correo institucional y desconocían las aulas virtuales, entonces los alumnos de primer año saldrán mejor preparados en el uso de herramientas, al igual que los docentes”, indica.

Finalmente, la académica hace un llamado a los alumnos a aprovechar los recursos disponibles con esta metodología, a no poner resistencia al cambio y a no bajar los brazos.

“Mantengan activo sus aprendizajes, usen las herramientas que Santo Tomás tiene disponibles, contacten a sus docentes y no nos opongamos al cambio porque es la forma de mostrar nuestra resiliencia. Somos equipos de salud y ante este tipo de crisis no podemos esconder la cabeza, no podemos hacer teletrabajo. Y tengan la tranquilidad de que estamos desarrollando la misma carga académica que en clases presenciales, no se sientan en desmedro puesto que esta generación tendrá los mismos conocimientos que las generaciones anteriores”.