Desentrenamiento en tiempos de COVID-19
Dado que hace algunos días se conmemoró el Día Mundial de la Actividad Física (6 de abril) y el Día Mundial de la Salud (7 de abril), he querido de alguna forma incentivar a la población a seguir realizando actividad física desde casa.
De acuerdo con lo que sabemos, el entrenamiento bien guiado, planificado y supervisado provoca adaptaciones anatómicas, fisiológicas y mentales que mejoran el rendimiento deportivo. Pero existe uno de los principios de entrenamiento conocido con el nombre de reversibilidad, que tiene relación con el desentrenamiento, es decir, la pérdida parcial o completa de las adaptaciones logradas en meses de entrenamiento. Esto sucede cuando el deportista suspende por algún periodo su actividad física.
Estamos viviendo una situación sin precedentes y varias de las personas que habitualmente dedicaban horas a la semana a realizar actividad física o un deporte específico, han tenido que disminuir o adaptar sus sesiones de entrenamiento, lo que sin duda tendrá ciertas consecuencias.
Las desadaptaciones dependerán del tiempo del estímulo de entrenamiento insuficiente, pero ¿cuáles son los cambios y efectos que puede producir un desentrenamiento deportivo? Espero poder explicárselos de buena manera:
Referente a aspectos cardiorrespiratorios, uno de los parámetros que disminuye significativamente es la capacidad aeróbica, expresado en el consumo máximo de oxígeno. Esto último, básicamente por una disminución del volumen sanguíneo (cantidad de sangre), en la cual disminuyen las proteínas plasmáticas como la hemoglobina, que es la encargada de trasportar el oxígeno a los tejidos y músculos.
A nivel muscular, se producen cambios estructurales y funcionales. En pocas semanas de cese de entrenamiento disminuye la masa muscular, el aporte de sangre en aquella, disminuyendo con esto la fuerza muscular.
Por último, a nivel metabólico, se dejan de utilizar los ácidos grasos como energía, existe menos sensibilidad de la insulina para captar glucosa y disminuye el glucógeno en los músculos, perdiendo capacidad para realizar esfuerzos mayores.
Sin embargo, todos los efectos negativos que provoca el cese del entrenamiento pueden limitarse y por ello, comparto algunas de las estrategias que se pueden utilizar:
- Realizar entrenamiento cruzado, por ejemplo, si tu deporte es el running o la natación, podrías realizar bicicleta estática para no perder la capacidad aeróbica.
- Realizar ejercicios combinando en una misma sesión: actividades de alta intensidad, de corta duración y otras de baja intensidad.
- Utilizar el propio peso del cuerpo como sobrecarga: como las flexiones, steps up, sentadillas, planchas, abdominales, entre otros.
Si bien existirán adaptaciones logradas con el entrenamiento habitual, que nos tomará un periodo más largo para poder recuperar, como lo es la fuerza específica de cada deporte, el seguir activo y dar importancia a aspectos que en una condición de normalidad no se desarrollan al máximo, son buenas estrategias para enfrentar este periodo y seguir manteniendo una buena forma física y mental. Sin duda tendremos luego la posibilidad de volver con ganas y valorando aún más los entrenamientos.