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Lindsey Mallott: “Aprendí demasiado. Vuelvo a mi país con una mirada más amplia sobre el mundo empresarial»
Lindsey Malott, del Estado de Ilinois, Chicago, de la universidad Blackburn College, estudia contabilidad y español, ha realizado recientemente un intercambio estudiantil en la sede de Valdivia, y se integró en las clases de la carrera de Ingeniería de Administración de Empresa y de Servicio Social del Instituto Profesional Santo Tomás.
Malott pudo realizar esta pasantía gracias a la Coordinación Nacional del Programa de Experiencia Internacional y al trabajo de la sede de Valdivia, por promover el intercambio extranjero.
Experiencia Internacional
¿Cómo fueron tus primeras semanas en Chile?
«Llegue en julio acá, y he podido aprender muchas cosas en la carrera de administración, por ejemplo, aprendí a manejar presupuestos y formulas sobre el consumo. También tome una clase de Servicio Social sobre la familia, y así conocí la estructura familiar chilena».
¿Cuáles son los beneficios de un intercambio extranjero?
“Lo primero, es que beneficia para el manejo, en mi caso, de dos idiomas. También aprendí sobre el mundo empresarial de otro país y como funciona. Es beneficioso porque en EEUU yo puedo encontrar trabajo en empresas internacionales, y me abre más puertas. Aprendí demasiado”.
¿Qué te motivó para realizar un intercambio estudiantil?
“Tengo dos profesores en Blackburn que en mi primer año me dijeron que es bueno viajar y conocer la cultura de otros países, y, sobre todo, aprender español. Mi primer semestre en mi clase de español me gustó mucho, y ahí consulté, y me dijeron que debía participar de un intercambio extranjero. Elegí Valdivia, porque tengo un amigo que estudió aquí hace tres años, entonces, vine con buenas referencias”.
Diferencias culturales y vida académica
¿Qué diferencias culturales has encontrado?
“Considero que específicamente en esta ciudad, hay mucho cuidado del medio ambiente. Voy a las tiendas y debo llevar mi bolsa de género. En cambio, en EEUU, en todas las tiendas hay bolsas plásticas. Pude apreciar también que los postes de luz de la costanera son solares, allá en mi país, son a leña. Lo primero que noté es que tienen mas cultura medio ambiental, y por supuesto, que hace mucho frío y hay mucha lluvia”.
¿Qué diferencias notaste con los chilenos?
“Noté que los chilenos son muy impuntuales, pero son más simpáticos y relajados. Además, sus comidas son más caseras y más ricas. Pero lo que mas me llamó la atención es que los compañeros o colegas te dicen ‘juntémonos a esta hora’ y en Chile se entiende que no es a la hora justa, sino que 20 o 30 minutos después (ríe)”.
¿Cómo te fue con tus docentes de acá?
“Siempre me entendí bien con mis profesores. Todos tenían curiosidad de saber como es la carrera en EEUU. De primera era difícil comprender bien el lenguaje, pero después, pude captar rápidamente las clases e ir aprendiendo cosas nuevas que no manejaba”.
¿Qué le dirás a tus compañeros cuando regreses?
“De todas maneras, creo que lo mejor es recomendar, porque siempre una experiencia internacional es buena. Quiero decirles a mis compañeros que ellos necesitan conocer más lugares, especialmente, Chile, porque cuando viajas uno puede tener una visión más amplia del mundo. Puedes crecer como persona y profesional, y así uno aprecia más cosas”.
¿Qué te pareció estudiar por unos meses en Santo Tomás?
«La verdad es que me gustó mucho. Me sentí cómodo y acogido. Como decía, me entendí rápido con mis profesores y pude ir aprendiendo cosas que no manejaba y que no sabía. Me voy con una visión más amplia».
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