Esta iniciativa que la institución realiza cada dos veces al año -en invierno y verano-, busca que los jóvenes que pertenecen a las distintas sedes a nivel nacional contribuyan en diversos aspectos al mejoramiento de la calidad de vida de las familias que residen actualmente en el sector.

Desde trabajos de carpintería, pintado de murales y casas, hasta arreglos eléctricos, son unas de las tantas mejoras que los participantes realizarán para la comunidad ubicada en la cuarta región.

Legado Santo Tomás

Con respecto a esto, uno de los voluntarios, Felipe Muñoz, indicó que “es algo totalmente bonito. Compartes con gente de todos lados y haces muchas amistades. Es importante ayudar a las necesidades que tienen las familias. Dejamos el legado de Santo Tomás y eso es importante. Es reconfortante saber que con algo poco que uno hace la gente queda feliz”.

En ese sentido, el coordinador Vida Estudiantil y Acción Social DAE, Oscar Meneses, manifestó que “es una nueva experiencia para mí, ya que voy con un nuevo cargo y esperemos que resulte todo bien como todos los años. Paihuano se encuentra dentro de las ciudades con mayor índice de vulnerabilidad, entonces, llegar con este granito de solidaridad demuestra nuestro sello”.

La importancia del sello

El sello Santo Tomás se dicta bajo el lema: “Exigir, valorar y apoyar”, valores que, según el director de Formación e Identidad, Hugo Fernández, es muy importante plasmar y entregar en estos trabajos de verano. “Estos trabajos son trascendentales para nuestra identidad institucional. Esto tiene que ver con nuestro sello, que se impregne en nuestros futuros profesionales. Por eso que estas instancias siempre nos aportan a ir creciendo”.