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Tomasino deslumbra en Gimnasia Artística en ConcepciónTomasino de Puente Alto es campeón mundial de Yoga Dance
Es alumno de primer año vespertino de la carrera Técnico en Educación Especial en Santo Tomás Puente Alto y a sus 30 años Sebastián Riquelme Barahona ostenta los títulos de Campeón Mundial de Yoga Dance, Campeón Nacional de Yoga Coreográfico y Campeón Nacional de Yoga Dance.
«Fue una sorpresa, porque competí con gente muy buena», cuenta al recordar la experiencia que lo llevó a lo más alto de un deporte desconocido por muchos.
La competencia -que por primera vez se llevó a cabo en Chile- contó con la participación de jóvenes provenientes de diversos rincones del planeta, entre ellos Sebastián, quien representó al Club Americano de Yoga Artístico.
«El juego tiene reglas, por ejemplo, que debemos mantener las posturas por al menos cuatro respiraciones… hay todo un trabajo detrás, de entrenamiento, que en mi caso es con mi entrenadora Gisela Sandoval», explica Sebastián.
Y es que en el Yoga deportivo además de evaluar espiritualidad, compañerismo y compromiso, se trabaja la elasticidad estática donde nada debe ser forzado, sino que «debe darse de forma natural y mantenerse, porque no debiera costar ni doler».
«Nuestro deporte se fija en la mantención de la postura sin dificultad, pacífico, con una línea y una respiración acorde; hay algunas (competencias) donde hay movimiento, porque el Yoga deportivo se divide en muchas disciplinas: Yoga artístico, rítmico, en parejas, Yoga dance, atlético, entre otras».
La historia de una pasión
Sebastián conoció el Yoga a los 23 años y vino a cambiarle la vida. «Trabajaba de noche en una discoteque, como bailarín. Cuando conocí el Yoga cambió mi sistema de vida, vino a ayudarme pero jamás pensé que me iba a introducir tanto en este mundo», cuenta.
«Uno busca el camino a su felicidad, pero yo puedo decir desde mi punto de vista que el Yoga me ayudó, me impulsó a encontrar el camino de la felicidad interna y externa, independiente de que no tenga dinero; soy muy feliz haciendo lo que hago, lo disfruto».
De este modo, y dada su relación con la danza y el mundo artístico, cuando Sebastián decidió profesionalizar su pasión por el Yoga se inclinó por el Purna Yoga integral.
«Nuestro maestro es Darmashari Maitreyananda, que vive en Argentina, y este linaje me llenó, me acomodó; tiene distintas ramas: física, terapéutica y artística, y como yo era bailarín, me identifiqué totalmente con ese linaje; dije esto tengo que profesionalizarlo».
Educación, Yoga y vocación
Cuando no está entrenando, Sebastián trabaja en un colegio para niños con necesidades educativas especiales, impartiendo talleres de Yoga. El resto de su tiempo, lo dedica sus clases para convertirse en Técnico en Educación Especial.
«Hago Yoga, pero necesito una base para poder trabajar con niños con necesidades educativas especiales, entonces ese fue mi motivo para estudiar».
Si bien, reconoce que ha sido difícil llevar este ritmo, ha tenido el apoyo necesario para cumplir con todos sus compromisos.
«Molesto a mucha gente para acomodar los tiempos, por ejemplo a la jefe de carrera que me ha conseguido el gimnasio para entrenar, se ha portado muy bien con migo y eso emociona porque que te apoyen y te den la mano son pequeñas cosas que son muy gratificantes», cuenta Sebastián.
Tras su participación en la competencia Mundial, Sebastián sigue enfocado en sus estudios, su trabajo y sus entrenamientos ya que a futuro le gustaría mezclar ambas caras de su vocación.
«Generalmente pienso en el hoy, pero al estudiar te proyectas y me gustaría mucho apoyar a niños con necesidades educativas especiales; quizá tener mi centro donde puedan ir y ayudarlos a crecer o quizá abrirlo a todos, pero creo que es posible mezclar estos mundos»
«Yo creo que es posible estudiar y vivir de tu pasión. Yo lo aconsejo; si tú tienes un talento de danza, música, deporte, aconsejaría que tomes un camino como este que es muy bueno (…) quizá como docentes no nos haremos multimillonarios pero se abre un camino de posibilidades», enfatiza.