Texto publicado por la Editorial UST describe las patologías relacionadas principalmente con los animales de compañía, con el objetivo de entregar nociones básicas actualizadas a los profesionales que trabajan en la clínica de mascotas y ellos, a su vez, a los dueños de los animales.

Incorporar un animal doméstico a la vida familiar es hoy algo muy común. El cariño por las mascotas ha llevado a muchas personas a convivir a diario con ellas, haciéndolas parte de su núcleo con múltiples beneficios para los niños y adultos mayores, especialmente.

No obstante, existen también peligros que pueden afectar la salud de las personas en contacto con estos animales. Derivadas de prácticas de tenencia irresponsable, la potencial transmisión de enfermedades zoonóticas es un riesgo que preocupa a las autoridades y especialistas del área.

Así lo destaca Ignacio Troncoso Toro, médico veterinario que se desempeñó como docente en la Universidad Santo Tomás sede Concepción y editor del texto “Enfermedades Zoonóticas en la Clínica de Animales de Compañía” que publicó recientemente Editorial UST.

El académico señala que se cometen errores en la relación con los animales de compañía, faltas que son compartidas. Por una parte, el propietario o dueño del animal desconoce los riesgos biológicos que implica tenerlos como mascota; y el médico veterinario no incentiva o promueve la tenencia responsable de mascotas, concepto que incluye lo referente a enfermedades zoonóticas.

¿Qué es la zoonosis?

En el primer capítulo del texto, los veterinarios Rolando Rojas García y Claudio Ternicier González (actual subsecretario de Agricultura), citan a la OMS señalando que zoonosis son “enfermedades infecciosas que se transmiten de forma natural de los animales vertebrados al hombre y viceversa”. El texto consigna que más de 175 enfermedades infecciosas son posibles de transmitir desde los animales al ser humano mediante contacto directo, mordeduras y arañazos, aerosoles, contaminación del agua, leche o alimentos o por vectores artrópodos”.
Explican que las mascotas son el reservorio y fuente principal de zoonosis y al respecto señalan que, un estudio clínico de las mascotas de niños chilenos inmunocomprometidos, reveló una alta frecuencia de enfermedades y presencia de vectores, varios de ellos de importancia zoonótica. Por ejemplo, 59% de los perros evaluados presentaban garrapatas y pulgas, 24% dermatofitos (hongos de la piel, pelo y uñas) y 42% de enteroparásitos.
El control eficaz de estas enfermedades implica un doble beneficio para los países, salvando vidas humanas y asegurando los medios de subsistencia; aliviando la pobreza mediante la protección del ganado y otros animales de utilidad.

Zoonosis por parásitos

Las enfermedades zoonóticas de origen parasitario han producido, a través de los años, mayores tasas de mortalidad y daño económico a la humanidad que todas las guerras juntas. Con esta afirmación, directa y potente, los veterinarios Álvaro Luzio Quiroga (director de Investigación y Postgrados de la UST Concepción) y Waldo Armstrong Gallegos, inician otro capítulo del texto.

Los expertos señalan que la contaminación de los suelos con materia fecal, de perros y gatos, es un problema de magnitud considerable a nivel mundial.

Así lo indican las tasas de infestación en el suelo con huevos de “Toxocara canis” en Londres con un 6,3%, Tokushima Japón 87.5%; Chubut en Argentina con un 41.8% en plazas con enteroparásitos en heces caninas. En Chile, en la Región del Biobío se realizaron muestreos en parques y plazas. En Los Ángeles por ejemplo, se obtuvo que un 60% de los lugares analizados se encontraba contaminado con alguna forma parasitaria con potencial zoonótico.

Se suman también las zoonosis por parásitos grastrointestinales, que han ido adquiriendo mayor relevancia, pues los animales de compañía actúan como huéspedes de estos céstodos. Estas infecciones presentan un fuerte impacto en la salud pública a nivel nacional y si bien no causan mortalidad, tienen alta morbilidad.

Bartolenosis en los gatos

La enfermedad por “arañazo de gato” es conocida hace más de medio siglo, pero sólo hace algunas décadas se han identificado manifestaciones clínicas producidas por la bacteria “Rochalimaea henselae”. Hoy es una de las zoonosis más frecuentes y la más importante infección transmitida por mascotas.

La pediatra infectóloga Katia Abarca Villaseca se suma al texto con antecedentes sobre esta patología, cuyo reservorio natural es el gato doméstico. La transmisión del gato al humano ocurre a través del contacto con saliva o mediante un rasguño o mordedura. La respuesta inmune depende del estado del hospedador.

Katia Abarca indica que se manifiesta como una adenitis regional subaguda, autolimitada que dura dos a tres meses. Afecta preferentemente a niños y adolescentes, generalmente con curso afebril y pocas manifestaciones sistémicas. En porcentaje variable puede haber compromiso de otros órganos, como manifestaciones atípicas de la enfermedad.
La especialista recomienda enseñar a los niños a evitar juegos rudos con los gatos que lleven a rasguños, el lavado inmediato de rasguños y mordeduras con abundante agua y jabón. Cortar las uñas a los gatos y la desparasitación regular de las mascotas, manteniéndolas sin pulgas, es otra medida preventiva.

Ignacio Troncoso Toro enfatiza en que es relevante trabajar en la prevención de estas enfermedades e insistir en la tenencia responsable, pues si se descuida esta práctica las  probabilidades de adquirir alguna enfermedad  se incrementa al tener un contacto estrecho con los animales, sin tomar las medidas de bioseguridad pertinentes o apropiadas.

Insiste, asimismo, en que no se le ha dado la relevancia que merece el tema, pues «esta es una problemática que afecta la salud de las personas y debiese ser abordada por equipos multidisciplinarios que incluyan también a otros profesionales de la salud, no sólo a los relacionados con la Medicina Veterinaria».