Voluntarios de Santo Tomás Rancagua participaron en una nueva versión de los Trabajos de Invierno

Estudiantes estuvieron en la comuna de María Pinto apoyando la construcción y mejoramiento de viviendas para familias de escasos recursos.

Durante una semana de sus vacaciones, 10 estudiantes de diferentes carreras de Santo Tomás Rancagua pusieron manos a la obra para apoyar a familias de la comuna de María Pinto, en la Región Metropolitana. Junto a sus compañeros de las sedes San Joaquín y Curicó, tuvieron que cortar madera, hacer instalaciones eléctricas, poner filtros en paredes y techos, y otras tareas para construir y mejorar viviendas.

“HAY QUE HACERLO”

Los trabajos voluntarios son una tradición en Santo Tomás y se realizan en distintos puntos del país durante las vacaciones de invierno y verano. Algunos de los estudiantes se han repetido la experiencia, como Camila Videla Aliaga, quien nos cuenta que en María Pinto junto con su cuadrilla trabajaron en dos viviendas, pero para la última tuvieron sólo un día para reconstruir la pieza de don Samuel, de 83 años: “Fue muy triste verlo sólo con la compañía de sus perros. Cuando entramos a su pieza vimos que era increíble el frío que hacía y nos dijimos ‘hay que hacerlo’. La sonrisa, lágrimas y los abrazos que él nos dio, hizo que todo el cansancio, dolor de cuerpo y desmotivación desaparecieran”, cuenta la estudiante de Técnico en Odontología.

ABRAZOS SINCEROS

Claudio Olave Martínez fue jefe de comunidad y apoyó a don Samuel y también a la señora Lorena, a quien recuerda especialmente: “Ella se emocionó mucho al vernos y en un acto espontaneo nos regaló un abrazo enorme, de esos abrazos que sientes que son muy sinceros, cosa que nos emocionó mucho, sentir ese cariño es gratificante. Me motiva el poder aportar un granito de arena a personas que no lo pasan bien, el poder entregar un poquito de cariño”. El estudiante de Ingeniería Agrícola fue por segunda vez a trabajos voluntarios, llevando su propio auto y herramientas para ayudar “a que las casas sean más acogedoras para las familias”, cuenta.

“VERÁN LA VIDA CON OTROS OJOS”

Otra jefa de comunidad fue Lorena Manríquez Berríos, estudiante de Psicopedagogía, quien recuerda a la señora María y a su esposo: “Eran personas de la tercera edad, con un sinfín de problemas económicos y de salud, pero a pesar de todo sonreían y se demostraban su amor, su lucha por salir adelante ante la adversidad y seguir siempre juntos”. Recomienda a otros estudiantes vivir esta experiencia: “Independientemente de la carrera que estudien, inscríbanse porque regocija el alma, verán la vida con otros ojos”.

MAMÁ VOLUNTARIA

Marcela Sepúlveda, estudiante de primer año de Servicio Social, cuenta que quiso participar del voluntariado para que sus dos hijos se sintieran orgullosos de verla ayudar a los demás. Y en esta oportunidad, le tocó apoyar a otra mamá: “Ella decía que quería que sus hijos estuvieran en una casa calientitos, pero lo contaba con pena porque su casa no estaba aislada y ellos andaban abrigados todo el día, pero con nuestra ayuda ahora iban a poder andar con calcetas y seguir calientitos”, relata.

“REALMENTE LO NECESITABA”

Miguelito fue uno de los niños de María Pinto que pudo reacondicionar su pieza gracias a la ayuda de Rodrigo Alarcón, estudiante de Ingeniería Agrícola, quien también se unió por primera vez a los trabajos voluntarios: “En su caso, teníamos que hacer cielo y pared porque pasaba frío, no tenía nada que lo protegiera. Fue agradable darle ese apoyo para que pudiera estar mucho mejor, saber que lo ayudamos porque él realmente lo necesitaba”. Y también recomendaría participar en los voluntariados: “No sólo es una ayuda para el resto, es para ti mismo”.

“UNA SATISFACCIÓN INMENSA”

Paulo Triviños Pérez, de Preparador Físico, rescata que ver las expresiones de la gente al ver su casa reparada es una de las experiencias más bonitas: “Lo diré mil veces, pero verlos así de contentos es una satisfacción inmensa ya que es un trabajo que nosotros hicimos como equipo. Me gustaría que fueran todos porque es una experiencia única que te cambia la vista y valorar más las cosas, te cura el alma, te despeja y te sientes en paz contigo mismo al ver tus capacidades”.

APOYO EN TODO MOMENTO

Amaro Saavedra, estudiante de Técnico en Deportes, coincide en que “ver la cara de felicidad de las personas que uno ayuda es algo que no se puede olvidar”. También destaca el haber conocido a estudiantes de otras sedes y a la DAE, “por siempre estar con nosotros en todo momento, nunca nos dejaron solos y nos apoyaron en momentos que son súper difíciles”.

“TODOS NOS SUPERAMOS Y APRENDIMOS”

Diego Muñoz Chacón fue capataz y literalmente le puso energía a este voluntariado, ya que con sus conocimientos en temas eléctricos apoyó a todas las cuadrillas, siendo escogido como el mejor comunero. “El reconocimiento de ser uno de los mejores no es tan importante, a mi parecer todos nos superamos y aprendimos. El mejor reconocimiento fue poder trabajar con el increíble equipo que formamos, estoy conforme con el resultado y también de las lindas amistades que hice durante este proceso”, comenta el futuro Preparador Físico.

“TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE COMPARTIR”

Aunque nunca había hecho trabajos de construcción, Darío Paredes de Preparador Físico también aceptó ser parte de los trabajos voluntarios. Destaca que esta experiencia también es una buena oportunidad para conocer a nuevas personas: “No crean que es sólo trabajar, se trabaja bastante, pero al llegar al campamento jugamos y tenemos la oportunidad de compartir todos juntos. Me gustó muchísimo asistir y quiero ir al voluntariado de verano también”.

“POSPUSIERON TODO LO PERSONAL PARA AYUDAR A OTRAS PERSONAS”

Fernando Loyola Carrasco, de Servicio Social, fue jefe de comunidad por segunda vez y se planteó un desafío: “Plantar esta semilla en los chicos para que quisieran volver, además de dirigirlos en las labores de construcción, que estén bien de salud, de ánimo, conocer su experiencia, contener, ayudar, apoyar a los chicos, entregarles lo que uno sabe, con la experiencia que va dando el mismo voluntariado”. Y como resultado, destaca el trabajo logrado: “A pesar de todas las dificultades, los alumnos siguieron en la lucha por construir, eso habla muy bien de ellos, porque pospusieron todo lo personal para ayudar a otras personas que lo necesitaban, vieron mucho más allá, vieron que esto es algo mucho más grande y significativo, tanto emocional como en términos de valores”.