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Área Informática del IP santo Tomás Talca dictó charla sobre empleabilidadTomasina gana concurso nacional de diseño
Loreto Suazo Silva, titulada de la carrera de Diseño Gráfico, creó la nueva imagen de una edición limitada de Viña Montes.
Loreto Suazo Silva de 25 años, titulada de Diseño Gráfico del Instituto Profesional Santo Tomás sede Puerto Montt es la ganadora del concurso que realiza Viña Montes que convoca a artistas y estudiantes de diseño para la realización de la nueva imagen de la edición limitada de Montes Cherub Rosé.
El objetivo del concurso es estimular la creatividad estudiantil y de artistas nacionales para aplicarlas al mundo del vino. Es así, que la etiqueta ganadora será distribuida en un vino Rosé de predominancia Syrah, de delicado color rosa pálido, cristalino, que nace en la finca «El Arcángel», del Valle de Marchigüe en Colchagua y es distribuido a nivel nacional e internacional.
“Me enteré del concurso a través de la página de Facebook de la escuela de diseño del IP Santo Tomás, ahí se publicaron las bases del concurso. No tenía muchas expectativas de ganar, pero me parecía interesante la convocatoria, disfruté mucho del proceso creativo y quedé satisfecha con el diseño que logré enviar al concurso. Me inspiré en los dioses romanos Venus y Adonis, me cautivó su historia de amor y logré relacionarlo fácilmente con la personalidad del vino, lo que me permitió conceptualizar las ideas que dieron forma a los lineamientos del diseño final”, dice Loreto Suazo, tomasina que el 2018 se tituló en la sede Puerto Montt.
La diseñadora que se encuentra trabajando para Fundación Legado Chile cuenta que siempre le ha gustado crear y “en el mundo del diseño hay que mantener la mente activa y desafiarla buscando soluciones innovadoras, funcionales y atractivas para el ojo humano. Elegí estudiar diseño porque es una carrera que permite desafiar mi creatividad y aplicar mis conocimientos en una amplia variedad de rubros. Me llama la atención el diseño editorial, aunque actualmente me encuentro indagando en el área de investigación y Design Thinking, ambas son áreas muy atractivas y abren camino a diversas oportunidades laborales”.
El concurso lanzado en julio de 2021 y que en septiembre deliberó con un jurado compuesto por altos ejecutivos de las áreas de marketing y comercial de la empresa convocante, entregó un premio de 2 millones de pesos a la vencedora. “Luego de un arduo trabajo de investigación, Loreto desarrolló un proyecto que identifica el espíritu de este vino en el contexto de Viña Montes y sus ángeles. Con magia e inspiración logró conceptualizar la belleza y romanticismo en un empaque especial y diferenciador, para una botella de vino de edición limitada. La sutileza, simpleza y elegancia y, al mismo tiempo, el gran concepto que hay detrás del diseño, cautivó a los jueces y presidente de nuestra compañía, logrando así el preciado primer lugar de este concurso”, explica Francisca Roldán, diseñadora gráfica de Viña Montes.
Karla Venegas, directora de la carrera de Diseño Gráfico Santo Tomás Puerto Montt manifiesta sentirse feliz y orgullosa de que una titulada de la institución haya ganado un concurso con convocatoria nacional. “Nos permite como institución validar nuestro trabajo, darnos cuenta que las competencias de nuestros egresados les permite desarrollar productos que son valorados por la industria y sus capacidades quedan súper validadas, indistintamente que Loreto fue siempre muy buena estudiante y el mérito es de ella y de su proceso como diseñadora, nos permite saber que entregamos las herramientas pertinentes para desenvolverse en el mercado laboral de buena forma”, sostiene.
Durante el segundo semestre del año 2022 se llevará a cabo el desarrollo final de este proyecto, guiado por el equipo de marketing de Viña Montes para que sea finalmente comercializado en el mercado.
Justificación del diseño
“Cuenta la leyenda que la diosa romana del amor y la belleza, Venus, al ver a su amado Adonis fallecido en el campo a manos de un jabalí enviado por Artemisa, sumergió su amor y pasión en lágrimas que se convirtieron en amapolas rojas que fueron esparcidas alrededor del mundo y en el Valle de Colchagua yace una de ellas. Entre la cordillera de la costa y el mar, sobre una colina de baja pendiente se encuentra, tal como una cama de sábanas blancas, un campo de amapolas”, narra Loreto Suazo.
Agrega que la leyenda cuenta que “en soledad una se distingue de las demás, la más bella y luminosa, la única vestida de rojo. Dicen que aquella flor alberga la fuente más poderosa de belleza, juventud y pasión. Aquellos que logran sentir su aroma caen rendidos en un éxtasis de amor eterno. Aquella amapola es protegida por el mismísimo Ángel Montes Cherub, quién impulsado por el romanticismo ha logrado capturar a escondidas una pequeña esencia de la flor y la ha guardado en una botella de vino para que aquellos que tengan la oportunidad se deleiten con tan maravilloso dulzor y extasiados con el aroma, logren captar la pasión y belleza de aquellos dioses amantes”.