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Alumnos del Grupo Vestigium, de la Escuela de Derecho, obtienen primera publicación.Scarllet Parra, alumna de Técnico en Educación Especial: “Tengo un hijo con discapacidad y lo puedo ayudar gracias a lo que estoy estudiando”
A pesar de retirarse temporalmente en dos oportunidades, la estudiante de Santo Tomás Viña del Mar volverá en el segundo semestre para terminar su carrera. “Vuelvo porque siempre me han apoyado”, dice.
Scarllet Parra ingresó a estudiar Técnico en Educación Especial el año 2015 a Santo Tomás Viña del Mar. Lo hizo porque siempre había querido trabajar con niños, pero el destino quiso que un duro golpe en su vida se transformara en una motivación adicional para seguir en esta carrera. Su hijo Simón, quien hoy tiene un año y dos meses, fue diagnosticado con una parálisis cerebral severa y ella asegura que gracias a los conocimientos adquiridos en el aula ha logrado comprender y enfrentar de mejor manera esta situación.
La vida estudiantil de esta joven de Llay Llay ha sido complicada. Tuvo que pedir dos veces retiro temporal de la carrera, pero ya está matriculada para volver en el segundo semestre de este 2019.
“La primera vez congelé porque tuve síntomas de pérdida de mi embarazo y me hospitalizaron. Como ya terminaba el año, la jefa de carrera me propuso congelar para no arriesgarme a reprobar todos los ramos porque no se sabía cuándo iba a volver a clases. Después volví, alcancé a estar tres días y me llamaron para decirme que iban a dejar a mi hijo hospitalizado. El diagnóstico era la parálisis cerebral, entonces vine a preguntar si me daban facilidades para estudiar y viajar todos los días a ver a mi hijo, pero me aconsejaron que congelara de nuevo, que me dedicara solamente a mi hijo porque con todo lo que estaba pasando iba a ser imposible que me concentrara en los estudios”, recuerda.
En el poco tiempo que alcanzó a cursar la carrera sin problemas, Scarllet agradece haber cumplido con dos prácticas: Necesidades Educativas Especiales Transitorias y Necesidades Educativas Especiales Permanentes (aunque la segunda no alcanzó a finalizarla). “Lo bueno es que no tienes que esperar hasta el final de tu carrera para saber con qué te enfrentarás en el mundo laboral”, dice.
Aplicar con su hijo lo aprendido en clases
Sobre su hijo, comenta que sucesivamente ha sido diagnosticado con tetraparesia mixta, ptosis palpebral congénita, retraso del desarrollo sicomotor severo y síndrome de West. “Cuando nos dieron el primer diagnóstico se nos cayó el mundo, nadie quiere pasar por algo así. Ha sido súper difícil adaptarse a esta vida, sobre todo porque la neuróloga nos advirtió que pese a tener un diagnóstico claro, le pueden seguir apareciendo cosas. Cuesta, pero ahora tengo asumido que me pueden decir que le encontraron más cosas en cualquier momento, en un mes más o en un par de años”, señala.
Así, su vida ha girado en torno al tratamiento y los cuidados para Simón. Y en ese sentido, Scarllet dice sin dudar que “tengo un hijo con discapacidad y lo puedo ayudar gracias a lo que estoy estudiando. Su vida ha sido de progresos y caídas. Al principio me lo entregaron postrado y lo derivaron a la Teletón, que también ha ayudado harto, pero allá él asiste solo una vez a la semana. Yo creo que habría progresado menos si yo no estuviera estudiando acá. Mucha gente me dice que le tiro muchas flores a Santo Tomás, pero es así, es lo que estoy viviendo. Siempre estoy revisando los cuadernos y los libros porque todo está muy relacionado con lo que me pasa”.
Incluso cuenta que en algún momento ella tuvo que disertar sobre el síndrome de West, el mismo del que fue diagnosticado su hijo hace muy poco. “Por algo Dios nos manda todo esto. Siempre me dicen que gracias a Dios estoy estudiando Técnico en Educación Especial porque nadie va a poder dedicarse tanto a un niño como su propia mamá. En la vida diaria de repente me doy cuenta que estoy aplicando lo que me enseñaron en clases y sé que es raro contarlo así, pero la verdad es que me ha servido demasiado lo que he aprendido acá”.
Prepara el regreso a Santo Tomás
Ahora, Scarllet se encuentra preparando su regreso a Santo Tomás, el que se materializará en el segundo semestre de este año. Hace pocos días fue invitada a dar una charla a los alumnos de primer año, donde no solo habló de la experiencia con su hijo, sino también de las motivaciones que la llevaron a estudiar esta carrera.
“Creo que entendieron lo que les quise compartir, que en esta carrera experimentas la alegría de hacer la diferencia, que debes aprender continuamente y que la teoría no es igual que la práctica. Por ejemplo, una de mis prácticas la hice en la Corporación Renacer, donde tenía solo niños con síndrome de Down. En la teoría uno los asocia a una sola descripción, todos los libros los describen igual, pero en la práctica te das cuenta que todos son distintos. Tienen el mismo diagnóstico, pero cada uno es un mundo diferente y hay que enseñarle de manera diferente a cada uno”.
Finalmente, y a pesar de que por primera vez estará alejada de su hijo, Scarlett recalca que ahora vuelve para terminar su carrera. “A pesar de todo, nunca pensé en dejar de estudiar. Siempre tuve el apoyo de los docentes y la jefa de carrera, entonces jamás he dicho que no voy a volver. Al contrario, he dicho que voy a volver porque sé que en Santo Tomás me van a apoyar y harán todo lo posible para que pueda coordinar mis horarios con las terapias de mi hijo. Siento que al volver estoy devolviendo la mano por toda la ayuda que me han dado”.