“A mí también”, la historia de abuso que marcó mi niñez

Fernanda Alarcón, egresada UST: “El abuso mata y yo quiero aportar salvando vidas, salvando infancias”

Sus amigos, compañeros y familiares la describen como una mujer resiliente, valiente y tenaz. Tras enfrentar una dolorosa experiencia de abuso sexual desde los 2 hasta los 14 años por un familiar, la Trabajadora Social de la UST y Subcomisario de la Central de Informaciones Policiales de la PDI, María Fernanda Alarcón, presentó oficialmente el libro “A mí también, la historia de abuso que marcó mi niñez”.

Desde la base de querer ayudar al prójimo y transformar la pena y el dolor en algo que pueda ayudar a los más vulnerados, Fernanda decidió luego de largos años de silencio hacerle frente a esta experiencia que marcó su vida.

El libro fue presentado en una ceremonia íntima junto a sus padres, hermanos y amigos más cercanos en el auditorio de la Universidad Santo Tomás sede Concepción, lugar donde afirmó que “este texto es el inicio de diversos proyectos para poder hacer ayuda directa a las víctimas y también como una herramienta para prevenir”.

 Con una actitud muy alegre y esperanzadora, la ex alumna cuenta que egresó de Santo Tomás en el año 2010 y que una de las principales razones que la llevó a estudiar Trabajo Social fue siempre el llamado que sintió de ayudar a otros.

 “En Santo Tomás me apoyaron muchísimo, fui alumna destacada y conmigo se quedaron muchos valores que ahora forman parte de mi como persona y como profesional”.

 Experiencia

¿Cómo transformaste una experiencia tan dolorosa en algo positivo?

Yo quise transformar esa pena y esa rabia que sentía en algo que pueda ayudar al resto, y dije que si vemos tantos niños que sufren de vulneraciones y que no pueden hablar como yo entonces quiero ayudar a que eso cambie, quiero ayudar a que esto no siga, quiero detener esto y creo que el primer paso de esto es el libro; este es el primer paso de muchos.

¿Qué mensaje le darías a las personas que han pasado por esto?

Que no tengan miedo de hablar, que lo cuenten a alguien que quieran y respeten mucho. No se queden callados porque entre más tiempo se guarda más doloroso es; yo fui abusada desde los 2 hasta los 14 años y fue a los 30 que apenas lo revelé y es difícil y muy doloroso porque en realidad son muy pocas las personas que nos atrevemos a hacerlo.

¿Qué le dirías a los papás o a aquellos que están cerca de quienes han sido abusados?

Que los escuchen y los entiendan, que jamás duden de su palabra porque si dudan de eso y creen que es mentira lo único que van a hacer es hacerle un daño tremendo a su hijo o a la persona que vivió esto. Tienen que creer si o si en el relato y buscar ayuda con psicólogos, psiquiatras o los encargados de ver si esta situación es real o no.

¿A quién va dirigido el libro y qué temáticas aborda?

El libro es para adultos y para aquellos que ha sido abusadas, porque habla sobre cómo hablar de sexualidad con los niños, enseña a tener una escucha activa, enseña a detectarlo y desde el primer instante cuando te dicen que sufrieron de un abuso saber qué es lo que tienes que hacer y qué no hasta el ámbito judicial.

Hay una sección de preguntas y respuestas y de eso se trata en general, la idea del libro y mi proyecto es que sea algo educativo, que la gente no solo se quede con lo que me sucedió a mi sino poder contribuir con la sociedad.

¿Dónde podemos conseguirlo?

La venta oficial comenzará en Qué Leo de todo Chile, mientras estamos en conversaciones con otras librerías para seguir comercializándolo.

¿Qué otros proyectos tienes contemplados?

Tengo más libros, estamos viendo la posibilidad de hacer cosas con el Ministerio de Educación para hacer algo mucho más gubernamental. La verdad son muchos proyectos los que quiero hacer, pero este es el primer pie para ayudar a nuestros niños.

¿Qué mensaje esperanzador nos darías?

De doler siempre va a doler, le digo a las personas que hablen porque pueden llegar a destruirse por completo. Yo era de las que me veía al espejo y veía el reflejo y no sabía quién era, tienen que hablar y sacarse esa carga, son víctimas no son los abusadores.

Hay dos opciones, decir me hicieron daño y me quedo con el dolor y como víctima; o afrontar que me hicieron daño, pero asumir que uno es responsable de salir adelante no del abusador y tomar la experiencia para transformarla en algo positiva para sanar.