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Tomasino realiza taller gratuito de defensa personalLeonor Roco, alumna 61 años:
«Si para el amor no hay edad, para aprender tampoco»
De niña se imaginaba como enfermera, matrona o arquitecto, pero al salir de cuarto medio Leonor Roco Valdebenito ingresó a estudiar dibujo técnico, sin pensar que 40 años después estaría cursando la carrera Técnico en Enfermería Gineco Obstétrica y Neonatal.
Con el paso del tiempo su madre enfermó y ella se dedicó a su cuidado personal, retomando su vocación y gusto por el área de la salud.
«Mi mamá tuvo varias complicaciones, pero se le presentó artrosis y quedó postrada. Fui su cuidadora y en el Cesfam me capacitaron para serlo», recuerda.
En esa época divisó Santo Tomás como una opción para estudiar, pero decidió cuidar a su madre.
«Me dediqué a cuidarla durante su enfermedad y hasta su último hálito de vida. Hoy, ella ya partió y tengo la posibilidad de estudiar. Es lo que me gusta, siento que es mi vocación, lo que me apasiona».
«La edad no es impedimento para estudiar»
Tras la partida de su madre, Leonor se replanteó volver a estudiar, sin embargo no era una decisión a la ligera ya que un accidente vascular la dejó con pérdida de campo visual.
«En 2015 tuve un accidente vascular y en 2017 tuve otro más profundo, estuve hospitalizada pero me dieron el pase para estudiar, me autorizó la doctora y en Santo Tomás me dijeron que no había impedimentos», recuerda.
De este modo Leonor se integró nuevamente al aula con algo de nervios pero con muchas ganas, logrando destacar entre sus pares por su rendimiento académico e iniciativa.
«Me han tratado muy bien, me han ayudado mucho, desde que entré, porque entré con miedo, pero todos me han dado ánimo y han aportado de maneras diferentes».
Con esta convicción Leonor se aproxima a cerrar su ciclo académico, cursando sus pasantías y prácticas curriculares, convencida de que la edad es sólo un número y que la vocación y actitud es lo más importante al momento de iniciar este viaje.
«La edad no es impedimento para estudiar. Hay un ciclo pre-escolar y luego escolar, pero no es sólo eso. Si para el amor no hay edad, para aprender tampoco. Todos los días aprendemos algo nuevo y eso sirve para contarlo e instar a la gente a estudiar y cumplir sus sueños», enfatiza.