Alumnas de sede Viña del Mar cuentan su experiencia trabajando como voluntarias en el Censo 2017

El pasado miércoles 19 de abril se llevó a cabo el Censo Nacional 2017, ocasión en la que cientos de alumnos de Santo Tomás participaron como voluntarios. En el caso de la sede Viña del Mar, fueron más de 200 los estudiantes que respondieron al llamado realizado por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), entre los que figuraban Gisselle López y Gala Tapia, ambas de primer año de la carrera Técnico en Trabajo Social.

Las dos jóvenes tomasinas, como muchos de los estudiantes de la sede Viña del Mar, fueron destinadas al sector de Limonares, que se encuentra precisamente medio a camino entre los edificios institucionales de Uno Norte y Limonares. Un barrio ampliamente conocido por los alumnos, lo que facilitó mucho las cosas.

“Nos inscribimos por el llamado que hizo Santo Tomás y vinimos a una sola capacitación, porque íbamos a ser censistas, no supervisoras”, cuentan. Ambas tuvieron que censar 20 departamentos de una de las torres de departamentos del sector.

“A las siete y media de la mañana ya estábamos en la sede Limonares y yo terminé a eso de las doce y media. Fue súper rápido porque toda la gente estaba esperando”, recuerda Gisselle. Gala agrega que en su mayoría, los habitantes del sector son adultos mayores y estudiantes que arriendan departamentos o habitaciones: “había muchos adultos mayores que viven solos o que tienen a sus familias en otros pisos de la misma torre. Giselle añade que en su recorrido le tocó censar a un estudiante y a una secretaria de Santo Tomás.

Respecto a la recepción de la gente, las alumnas de Técnico en Trabajo Social coinciden en que “la gente encontró corto el censo, estaban preparados para más, entonces les explicábamos que la información de este censo se iba a complementar con lo que ya se obtuvo el 2012. Nadie se complicó, era demasiado fácil”.