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Día del Kinesiólogo: egresado de la UST Talca compartió caso de éxito para inspirar a futuros profesionalesCharlas con Propósito invita a resignificar el fracaso desde una mirada humana y resiliente

La iniciativa, desarrollada en la sede Ovalle del IP-CFT Santo Tomás, fue liderada por el psicólogo Francisco Videla Cáceres, cofundador de FracasoLab, quien abordó junto a estudiantes el impacto emocional del fracaso y la importancia de gestionarlo desde la reflexión y la aceptación.
Con el objetivo de generar un espacio de reflexión en torno al concepto de fracaso, el IP-CFT Santo Tomás sede Ovalle realizó una nueva edición de “Charlas con Propósito”, actividad que invitó a estudiantes de diversas carreras a explorar cómo el fracaso afecta el ánimo, las emociones y el cuerpo, y a resignificarlo como parte del aprendizaje y del desarrollo humano.
El psicólogo Francisco Videla Cáceres, profesional titulado de la Universidad Santo Tomás y cofundador de la consultora FracasoLab, fue el encargado de conducir la jornada con una propuesta provocadora: tensionar la idea tradicional del éxito y abrir el diálogo sobre el fracaso como una experiencia válida, inevitable y transformadora.
“La gestión del fracaso implica cuestionarnos qué entendemos por éxito y cómo nos relacionamos con nuestras propias caídas. No se trata de romantizar el fracaso, sino de aceptar que somos personas con logros y errores, y que eso también forma parte del crecimiento profesional y humano”, expresó Videla, quien ha llevado esta charla a diferentes sedes del país en colaboración con las Direcciones de Asuntos Estudiantiles (DAE).
Durante la actividad, se abordaron temas como las expectativas personales, el impacto emocional de las calificaciones, la autovalidación frente al juicio externo y la necesidad de integrar la inteligencia emocional en la formación de los y las estudiantes.
Para Alyson Vargas, estudiante de la carrera de Servicio Social, esta charla fue particularmente significativa. “Este taller abordó un tema muy latente en los estudiantes. A veces nos sobrepasamos por la carga académica y nos enfocamos más en las notas que en cómo nos sentimos. Me parece excelente que se abran estos espacios en la institución”, comentó.
En la misma línea, Leslie Román, también estudiante de Servicio Social, destacó que el aprendizaje más significativo fue “entender cómo canalizamos el fracaso y cómo esto nos puede limitar o, por el contrario, impulsarnos a intentar nuevamente y superarnos”.
Jocelyn Gómez, compañera de carrera, valoró el enfoque más humano del taller, y aseguró que esto les “ayuda a evaluarnos no solo como profesionales, sino también como personas. El sistema educativo muchas veces prioriza la inteligencia intelectual, pero deja de lado la emocional. Este tipo de charlas nos ayudan a equilibrar ambas dimensiones”.
La jornada dejó una huella profunda entre los y las asistentes, quienes, tras la exposición, compartieron experiencias personales con el expositor, en un ejercicio colectivo de reflexión y validación emocional.















