• Académicos e Investigadores de las Universidades Santo Tomás Los Ángeles, y Universidad de Concepción, describieron la prevalencia y severidad de los trastornos del sueño y del ritmo circadiano cuatro meses después de la fase aguda de la enfermedad.

La investigación se realizó con 60 pacientes del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción, y del Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles. Las personas fueron agrupadas según la severidad del curso de la enfermedad por Covid-19. Es decir, leves, moderados (quienes requieren hospitalización, pero sin asistencia mecánica), y graves.

Todos los pacientes realizaron una prueba de apnea del sueño, en sus respectivos hogares, y también el examen de actigrafía de muñeca por siete días. Además, completaron cuestionarios para evaluar calidad del sueño y salud mental. Las diferencias entre los tres grupos de pacientes se evaluaron mediante los análisis estadístico ANOVA y prueba de chi cuadrado.

Del total de pacientes que participaron en el estudio, 17 fueron en el grupo de COVID-19 leve, 18 estaban en el grupo de COVID-19 moderado y 25 en el grupo grave de COVID-19.

La calidad del sueño fue evaluada en términos de satisfacción, estado de alerta, y tiempo, Se encontró que los puntajes de la escala de eficiencia y duración estaban deteriorados en los tres grupos, en los que además se encontró una alta prevalencia de sueño no saludable, según lo evaluado a través del índice de calidad Pittsburgh Sleep.

La prevalencia del insomnio aumentó en los tres grupos, según lo mostrado por el Índice de Severidad del Insomnio. La prueba de apnea del sueño en el hogar evidenció que la prevalencia de apnea obstructiva del sueño fue del 60 %, y la actigrafía de muñeca de siete días mostró que el tiempo total de sueño fue menor a 7 horas en los tres grupos.

Cambios en la calidad de vida y en el patrón circadiano reposo-actividad fueron observados en los tres grupos de pacientes. Además, los investigadores concluyeron que los síntomas relacionados con el sueño, y el deterioro mental son comunes en pacientes con COVID-19, cuatro meses después de la fase aguda de la enfermedad. Mientras que en personas con COVID-19, y en estado grave, se da una mayor prevalencia de la enfermedad obstructiva apnea del sueño.

Participaron de esta investigación Mario Henríquez e Igor Cigarroa, académicos de la Escuela de Kinesiología de la UST Los Ángeles; Gonzalo Labarca y Estefania Nova, investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción; Jaime Lastra y Daniel Enos, médicos de la Facultad de Medicina de la UdeC; Adriano Targa, integrante del Grupo de Medicina (TRRM) de Investigación Traslacional en Respiratorio del Hospital Universitari Arnau de Vilanova-Santa María, Lleida, España; y Ferran Barbe  investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), Madrid, España.

Pincha aquí para ver los resultados de la investigación publicados en un artículo de la prestigiosa revista brasileña JBP