“Nada nuevo bajo el Sol”, es una expresión Bíblica. Queriendo significar que desde que se formó la Tierra, no pasa nada original: las mismas situaciones se han repetido durante miles de años. En consecuencia, la Humanidad ya ha pasado por variadas crisis sanitarias.

La pandemia del Siglo XXI ya lleva un año. Parece que no nos abandonará este 2021, a pesar de restricciones de movilidad mundial y a estrictas normas sanitarias. Sus olas y sus variantes nos han azotado implacablemente. Hoy las vacunas están comenzando a generar la esperanza de crear el “efecto inmunidad de rebaño” o “ver la luz al final del túnel”.

Sin embargo, son demasiadas incertidumbres para una Sociedad que ya presentaba grandes y globales problemas de desigualdades en todas sus aristas. Este contexto los ha agudizado y visibilizado más aún. Solamente por mencionar algunos, se tienen a la vista: el aumento de la violencia de género e intrafamiliar; la crisis migratoria; el empobrecimiento acelerado de los países subdesarrollados; las brechas digitales entre países; el aumento de problemas mentales en la juventud; la falta de solidaridad; y muchos más.

Se esperaba que la actual “Sociedad del Conocimiento”, con cambios inéditos y acelerados en los ámbitos científicos y tecnológicos, dieran por fin una mayor equidad y desarrollo a nuestra Generación. Una Sociedad más sólida, más profunda, un mundo menos precario, más solidarios, y generoso en invenciones y soluciones.

Paradójicamente, el escenario reinante es de vulnerabilidad sistémica… Vivimos en una “Sociedad Líquida” … pues su devenir va adoptando las formas que lo contextualizan.

Por tanto, miremos el pasado para aprender a no repetir errores. Vivamos el presente conscientemente para asumir nuestras responsabilidades pensando en las generaciones futuras.

Ansonia Lillo Tor. Rectora Instituciones Santo Tomás Sede Arica.

Diario La Estrella de Arica