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Santo Tomás Iquique inicia el año académico con la semana CERO e IVU para sus nuevos estudiantesMás de 40 años aportando a la formación de técnicos y profesionales
Rosa Zúñiga Armijo, directora académica de Santo Tomás Rancagua, recuerda cómo ser mujer y educadora de párvulos ha contribuido en su extensa trayectoria dentro de la institución.
Numerosas generaciones de técnicos y profesionales han pasado por las aulas de Santo Tomás en sus más de cuatro décadas de trayectoria en Rancagua, sede que este mes de marzo de 2022 recibirá a cerca de tres mil estudiantes en el retorno a las clases presenciales. A cargo del área académica en 22 carreras de jornada diurna y vespertina está Rosa Zúñiga Armijo, quien por 42 años ha sido un pilar fundamental en la formación de los estudiantes tomasinos.
En 1980, mientras ejercía como Educadora de Párvulos en un colegio, Rosa Zúñiga tomó un curso sobre necesidades educativas especiales en el entonces Centro Nacional de Estudios Paramédicos y Agropecuarios (Propam). Al semestre siguiente, fue invitada a hacer docencia en la carrera Técnico en Educación Parvularia, luego fue coordinadora del área Salud y en 1984 asumió la Dirección Académica de Propam, que más tarde se fusionó con Cidec (Centro Interamericano de Educación y Cultura), siendo actualmente la directora académica de IP-CFT Santo Tomás, sede Rancagua.
El rol formador
Si bien su formación profesional está más ligada a los niños, reconoce que nunca pensó que se desempeñaría en esa labor por muchos años, lo que terminó derivando en su desarrollo en educación superior: “Las situaciones son las mismas, sólo cambia el envoltorio. Uno interviene en cambios importantes para los estudiantes, no solo en términos profesionales, también humanos y personales. Hay muchos chicos y chicas con problemas serios que necesitan un oído que los escuche y los pueda orientar. Independiente que uno esté en una oficina, cumple un rol formador. Ser mujer y ser educadora de párvulos creo que me favorece porque uno tiene la capacidad de escuchar y ser empática”.
Recuerda que en estos 42 años ha visto a estudiantes que conocieron a sus parejas en Santo Tomás, volver juntos a matricular a sus hijos. Asimismo, ha asumido un rol importante en temas de inclusión, aportando a la incorporación de una diversidad de alumnos a la Educación Superior: “Hemos terminado siendo muy cercanos y han obtenido excelentes resultados académicos, y en algunos casos, ellos me ubican a mí, se acuerdan de mí y se acercan, y es gratificante ver que están bien y que uno hizo algo en su formación”.
Las mujeres en educación superior
También ha sido testigo de la incorporación femenina a la Educación Superior: “Ver no sólo cómo ha cambiado la sociedad, sino cómo también ha cambiado la mentalidad de las mujeres frente a sus logros, a sus objetivos. Creo que ahora se privilegian los objetivos de ellas, porque antes eran los de los hijos o de los esposos, en cambio ahora sus objetivos también forman parte de las decisiones familiares”.
La directora académica agrega: “Las mujeres se atreven, muchas mayores, con hijos grandes, a hacer algo que dejaron pendiente, estudiar, sobre todo en la jornada vespertina. También hemos ido de a poquito, con un trabajo de joyería, abriendo campo en lugares que eran principalmente de hombres, demostrando que no solamente el tema pasa por la fuerza, si no de cómo uno se integra y puede resolver situaciones”.
Un ejemplo de aquello es Construcción Civil, donde en un comienzo se matriculaban una o dos mujeres, y generalmente no terminaban su carrera, mientras que este 2022, en un curso de 43 estudiantes de primer año, 16 son mujeres.