Egresados voluntarios apoyaron la Sala Familiar Ronald McDonald en Puente Alto

Un grupo de cinco egresados del área de la salud de Santo Tomás  se reunió para brindar una jornada de masoterapia a los usuarios de la Sala Familiar Ronald McDonald, ubicada en el Hospital Dr. Sótero del Río. La iniciativa buscó entregar un momento de relajo y contención a las familias que acompañan a sus seres queridos hospitalizados.

La actividad surgió a partir de la experiencia personal de Francisco Herrera, egresado de Técnico en Gineco-Obstetricia y Neonatología (TEGYN), quien conoció la Sala Familiar cuando acompañaba a su sobrina hospitalizada.

“Esto nace porque yo fui usuario de esta sala… con mi hermana la usamos y después me di cuenta que habían cosas para regalar. Pregunté si se podían hacer donaciones y eso desencadenó en la colecta que se hizo en la sede Puente Alto para compra de insumos. Después ofrecí una primera instancia de masoterapia, porque ellos tienen una mesa de masaje que nunca se había usado, y pensé en mis compañeros de TENS TC. Ese mismo día los contacté y nos organizamos”, relató Herrera.

La respuesta fue inmediata y, tras una primera experiencia exitosa, los egresados decidieron repetir la actividad, organizando turnos según sus horarios laborales.

“Hemos tenido muy buena acogida, atendimos a mucha gente y eso es lo que nos motiva: dejarles un momento diferente y apoyarlos de esta forma. Nuestra idea es hacerlo una vez al mes y ojalá más adelante llegar a las cinco salas que tiene la Fundación en la Región Metropolitana y Rancagua”, agregó Francisco.

En esta jornada participaron Carla Gutiérrez (egresada TENS), María Tejeda (TENS TC), Cristóbal Paredes (TENS TC) y Ghislayne Arroyo (egresada TENS de Santo Tomás Santiago Centro), quienes junto a Francisco Herrera entregaron masoterapia y contención a los usuarios de la sala.

Cristóbal Paredes, egresado en 2024 de Técnico en Enfermería Mención Terapias Complementarias valoró la experiencia de colaborar por primera vez.

“Trabajo en urgencia, como paramédico de ambulancia, y aproveché mi día libre para venir. Atendí a siete personas en la mañana y el sentimiento al final es muy satisfactorio: hacer la terapia, escucharlos y apoyarlos aunque sea por 20 minutos. Me gustan las terapias y sentí que tenía la energía para compartirla con las familias y con mis compañeros”, comentó.

Gracias al compromiso de este grupo de egresados, la mesa de masajes de la Sala Familiar —que nunca había sido utilizada— hoy cumple un rol clave para entregar alivio y bienestar a quienes atraviesan momentos difíciles. La Fundación para la Infancia Ronald McDonald Chile y los propios usuarios ya esperan con entusiasmo el próximo encuentro.