¿Violencia sólo en los Estadios?
Hace varios años, uno de mis grandes formadores en mi desarrollo profesional, el reconocido psicólogo Fernando Coddou, hablaba a principios de los años 90, de la Epistemología de la Violencia. A qué se refería con aquello: “Todos/as que comparten la epistemología de que la realidad es solo una, vale decir objetiva y única, llevaría a que sólo mi realidad es la “verdadera, válida y legítima”. Si no estás de acuerdo conmigo, estás: “equivocado/a”, “eres ignorante” o por último “eres malo”, por tanto “yo soy el que tiene la razón”, y por ende, no se escatimaría en eliminar y destruir al que piensa opuesto o distinto a mi (oponente). Fernando planteaba que aquellos/as que eran coherentes con esa forma de comprender “el mundo”, era más probable que ejercieran conductas violentas.
Dicho esto, reflexiono: Nos escandalizamos con lo sucedido el domingo 30 de Abril, en el Estadio Ester Roa, lo cual es absolutamente condenable, sin embargo la falta de tolerancia a la diferencia se aprecia en distintos ámbitos de la vida (desde lo más general a lo más particular). Si a esto agregamos, según mi juicio, que pareciera ser más importante en algunos espacios de la sociedad, el “tener por sobre el ser”, y por ello, que se sea capaz incluso de matar, por la consecución de ciertos bienes, es probable entonces que la violencia surja en sus distintas formas o expresiones. Estimo que el mundo del fútbol no es ajeno a lo planteado recientemente. Importa mi bienestar por sobre el resto, importa más que “me dejen entrar a un estadio, con elementos de animación”, que respetar y aceptar que debemos consensuar pautas de convivencia en un recinto deportivo. Interesa más demostrar mi poder, y comunicar al resto, que se tiene la razón “al agredir a otros/as de diferentes maneras”, y por ende someter a los demás a mi propia realidad. Si aceptara que se debe respetar y consensuar normas de convivencia, me quedaría claro que no podría entrar por ejemplo, un féretro o ataúd a un estadio, con amenazas e improperios, por mucho sentido que haga despedir a un pariente/amigo/vecino e hincha de un club determinado.