Un sendero de salud para los pies
El 26 de julio el santoral recuerda a Ana y el “Día del Podólogo”. Esta tradición se remonta al siglo XVIII en los reinados franceses de Luis XIV, Luis XV y Luis XVI, donde aumentan las patologías podológicas en las clases nobles y burguesas por la evolución del calzado puntiagudo y de tacón. Por lo tanto, se inician las enseñanzas de cirugía pédica, conocida como “el arte de sanar los pies”. La literatura dice que este “arte de sanar los pies” se remonta al Antiguo Egipto, donde los faraones contaban con diversos servidores o asistentes, entre ellos, los que se dedicaban a la atención de sus pies.
La evolución ha sido desde servidores, pasando a asistentes, pedicuros y podólogos… experiencias que han permitido que esta especialidad técnica se profesionalice cada día más en nuestro país, insertándose en el equipo de salud para brindar sus conocimientos, habilidades y valores con una tremenda responsabilidad social. Técnicos en Podología Clínica buscan cuidar y mantener la salud de los pies, educar, prevenir y derivar – con especial dedicación al paciente diabético – a fin de evitar amputaciones, mediante técnicas terapéuticas propias del rol.
Este “Día del Podólogo” es una oportunidad para felicitar, celebrar, saludar, agradecer y reconocer a todos nuestros docentes, titulados, egresados y estudiantes. Asimismo, con gran entusiasmo quisiera enviar un mensaje de esperanza y optimismo a todos los lectores, especialmente a pacientes atendidos a través del tiempo por nuestros estudiantes en nuestro gabinete podológico y en operativos podológicos de colaboración social en diversos sectores y organizaciones de nuestra ciudad y región. Salir a terreno es una de las formas más eficaces y auténticas de entrega a la comunidad, donde afloran todas las competencias, habilidades, vocación y sentimientos personales para brindar una atención humanizada, profesional y de alta calidad.
En este recorrido, hago alusión al cuadro “El Pedicuro” que se encuentra en el Museo del Prado en España. La obra es de David Teniers – años 1610-1690 –, pintor flamenco que abordó temas costumbristas. Este cuadro demuestra también una costumbre de un quehacer que tiene carácter testimonial de importancia para quienes practican la profesión. Invito a todos los lectores a hacer costumbre el cuidado de la salud de sus pies, especialmente en esta época invernal.
Recomiendo no acercar sus pies a fuentes de calor, como estufas (principalmente pacientes diabéticos), utilizar un calzado, ojalá de cuero, acorde a su número, calcetas de fibras naturales, secar muy bien espacios entre los dedos (dado que la humedad puede provocar la aparición de hongos) y concurrir periódicamente al Técnico en Podología Clínica, profesional especializado en el cuidado de sus pies. Estos cuidados mínimos nos permiten reconocer la directa relación entre la salud de sus pies y la salud en general: no olvidar que los pies sanos nos proporcionan la capacidad de “pasearnos por la vida” con seguridad y tranquilidad, además de mejorar nuestra calidad de vida y autoestima.