Regreso a clases presenciales y la violencia escolar
Sin dudas que este periodo de pandemia, entre clases online y híbridas, afectará el retorno a las clases presenciales. En un número significativo de establecimientos, principalmente públicos, su estudiantado no ha retornado a la presencialidad lo cual los hará tener el marzo más parecido a su ingreso inicial al sistema escolar. Tal situación no dejara de poner en una situación extraña a muchos de ellos, más cuando muchos se despidieron por allá el 2020 con una “forma” particular y hoy son literalmente otros, más cuando se encontraban en ese lapso donde el crecimiento no da tregua (hoy en día más o menos desde el 6to Básico).
Algunos habrán engordado. Algunos tendrán más bigote, y otros y otras quizá tengan hoy por hoy el aspecto que los haga ser los chicos “más populares” del curso. En fin, los ecosistemas habituales en esencia habrán cambiado lo que de por si generará incertidumbre que nos pondrá a nosotros los adultos en el palco de un escenario donde se generaran nuevas y complejas redes que complementaran las desarrolladas en el plano digital con toda la fuerza con que las acelero la pandemia.
Será un espacio de acomodación que requerirá mucha atención de nuestra parte para que aprovechando el momento podamos andamiarlas de la mejor y más respetuosa manera, pero que requerirá del pacto de confianzas necesarias para ir gestionando el proceso de manera positiva. Los colegios deben entender que han de estar de alguna manera más presentes en la vida digital de los jóvenes (por la proyección y presencia del acoso y otras situaciones negativas que pueden presentarse en ella sin el debido soporte), pero de inmediato también las familias deben entender que tendrán que apoyar las estrategias para normalizar ciertos aspectos de la presencialidad que no necesitarán del celular lo cual probablemente choque con la dependencia que se ha venido intensificando en los jóvenes (y parte importante de los adultos). Hay que lograr que esto no genere conflictos innecesarios que nos haga perder espacio de trabajo mancomunado para estar juntos en contra de toda aparición de elementos que puedan llevar a casos de acoso con resultados lamentables.
Recomiendo cuidado, pero no uno que se traduzca en una invasión de un momento que en si ya será complicado para todos los actores escolares, en este caso relevando a los estudiantes. Como padre que soy recomiendo y practico el conversar de manera recurrente de las tendencias y prácticas en boga a cada momento en la red. Incluya estas conversaciones como algo recurrente. Siempre digo: Si usted tiene a una hija o un hijo, no le abre la puerta de la casa así por si para que salga al lugar que se le plazca sin siquiera preguntar. Es más que conveniente que se incorpore a los diálogos paterno-filiales el estado de la vida digital de ellos monitoreando de manera saludable y respetuosa (sin atosigar).
Si en el camino detecta comportamientos que le producen sospecha, consulte a los profesores respectivos partiendo por quien tenga el cargo de jefatura. Si hay información relevante de sus hijos compártala con el establecimiento. Utilice los canales de conexión a su disposición y no olvide que en el colegio siempre encontrara respaldo, más si lo hace con ánimo colaborativo. Si no lo hacemos asi, es decir, si no trabajamos como equipo, estaremos dejando siempre abierta la puerta para que el acoso escolar escale y nos pueda llevar a casos que lamentar y que han significado tristemente hasta la muerte para algunos niños y jóvenes como es el reciente caso del niño Drayke Hardman. Invito a cada padre y madre a que pueda leer sus desgarradoras palabras para interiorizar esta materia y no llegar a tal extremo.