Nunca más sin las mujeres: paridad de género en el proceso constituyente
Es una consigna que se ha escuchado fuerte estas últimas semanas. Sin embargo, no refleja una realidad de exclusión nueva. Pues en la historia, y desde el inicio de la modernidad, al dejarnos fuera de la ciudadanía política, las mujeres hemos tenido que luchar palmo a palmo por la igualdad de oportunidades en el plano social y político. Si no, recordemos a las sufragistas del siglo diecinueve, y sus historias de lucha que resultan tan relevantes hoy. El contractualismo moderno dejó fuera nada menos que a la mitad de la población mundial, teniendo que experimentar durante los últimos tres siglos grandes esfuerzos por avanzar hacia un nuevo contrato social de género, considerando esta vez, en igual lugar y dignidad política a hombres y mujeres.
Las medidas o acciones afirmativas constituyen un esfuerzo por “nivelar una cancha” inequitativa de origen. Cuestión que, en este caso, se materializa en la propuesta y búsqueda de aprobación de una disposición relativa a cuota de resultado en la conformación de la Convención Constituyente. Se trata de una medida que busca “empujar” un proceso que quizás, en el futuro, se produzca sin mediar intervención externa.
Sin embargo, dada la historia patriarcal de nuestras sociedades, se requiere de todos los esfuerzos para lograr asegurar una participación igualitaria de hombres y mujeres en este proceso histórico y tan relevante que se nos viene, en que ciudadanos y ciudadanas podremos ser parte del proceso de construcción de una nueva constitución.
Ahora, participación paritaria sí, pero con demandas feministas que posicionen los intereses, realidades y necesidades de la mitad de la población y que consideren la heterogeneidad de realidades que vivimos las mujeres de manera diversa y plural, con pertinencia cultural, generacional y territorial. La paridad es justicia de género. La paridad es inclusión de la diversidad.