Nuevas competencias para la empleabilidad
La vertiginosa cuarta revolución industrial llegó, y comenzó a repercutir fuertemente, influido por la pandemia, en distintos aspectos de nuestra vida diaria, especialmente en el ámbito laboral, impactando en las competencias que se requerirán de los futuros técnicos y profesionales.
En este sentido, hace cuatro años que ya el Foro Económico Mundial, advertía que el año 2020 el 35% de las habilidades que se consideraban importantes en un trabajador cambiarían, jugando un rol clave las denominadas habilidades blandas. Frente a este desafío, resulta fundamental conocer cuáles son las competencias de empleabilidad que se están requiriendo, y el rol que desempeñarán en esta materia las instituciones de educación superior.
A partir de esto, lo primero que debemos saber es ¿Qué es una competencia? Según distintos expertos, una competencia es cierto nivel superior de capacidades, para desarrollar una determinada actividad, involucrando las características de una persona, y en la que observamos de manera combinada las habilidades blandas y duras. En términos más concretos, una competencia de empleabilidad está compuesta por los conocimientos específicos del área, además de capacidad para trabajar en equipo, pensamiento crítico, creatividad, innovación, adaptación al cambio, comunicación, manejo de la tecnología, entre otras.
Desde esta perspectiva, y entendiendo que la educación superior es un factor estratégico en las políticas sociales y desarrollo de los países, es indispensable que los planteles educacionales se hagan cargo de esta necesidad. Por ejemplo, en el caso de Santo Tomás, desde el año 2016, la Vicerrectoría Académica del IP-CF desarrolla un Programa de Competencias de Empleabilidad, orientado a los estudiantes de las carreras del instituto profesional, definiendo ocho competencias es este ámbito: Comunicación; Iniciativa y Propósito; Trabajo en Equipo y Colaborativo; Adaptación al Cambio; Resolución de Problemas; Responsabilidad Ética Profesional y Ciudadanía; Empatía y Orientación de Servicio y Tolerancia a la Frustración. Este programa, se integra al plan de estudios, articulado además con las demandas de la industria, y que fortalece el perfil de egreso de nuestros estudiantes.
De esta forma, las casas de estudio pueden responder a esta realidad, que llegó de forma anticipada, y que nos da cuenta de que a las competencias de empleabilidad, debemos incorporar el uso de tecnología y la innovación en los perfiles de egreso de los técnicos y profesionales, que demanda el mercado laboral en la actualidad.