¡Nuestro planeta necesita una acción integral y urgente!
La reunión COP26 de los países miembros celebrada en Glasgow a fines de 2021 y el informe publicado más recientemente por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) enfatizan la urgencia de que la humanidad actúe de manera urgente, para mitigar el cambio climático producido por el hombre.
El informe del IPCC, para resumir, es un código rojo para que la humanidad tome conciencia del alarmante cambio climático inducido por el hombre que ya está afectando los patrones meteorológicos y climáticos a nivel mundial.
Según el secretario general de la ONU, António Guterres, la Tierra está peligrosamente cerca de superar el umbral acordado internacionalmente de 1,5°C, por encima de los niveles preindustriales de calentamiento global. El «tiempo es AHORA» para actuar para reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero a través de acciones efectivas de descarbonización, como alejarse de los combustibles fósiles hacia la adopción de electricidad de cero emisiones y otros portadores de bajas emisiones como el hidrógeno.
La catástrofe climática y de contaminación que acompaña al cambio climático es una consecuencia directa de nuestras acciones en conjunto. Como experimento mental, si los más de 7 mil millones de Homo Sapiens dejaran de comportarse de manera insostenible mañana, el mundo se convertiría en un lugar sostenible para vivir. El cambio climático es real y ya no es solo una aberración. Hemos llegado a una etapa en la que la mera palabrería no es suficiente. Tenemos que implementar urgente y sistemáticamente medidas para mitigar y adaptarnos al cambio climático. Si hacemos una diferencia a nivel individual, podemos y cambiaremos nuestros patrones humanos de consumo de materiales y energía (bienes y servicios), enfocándonos en implementar las 4R: Reducir, Reutilizar, Reciclar y Restaurar.
En nuestros hogares, cambiar a luces LED y usar equipos domésticos de bajo consumo, como refrigeradores, acondicionadores de aire, televisores y calentadores de agua, puede marcar una gran diferencia. El uso juicioso de la electricidad y el cambio a energías renovables como la energía solar también pueden contribuir en gran medida a la conservación del medio ambiente. También es recomendable reducir el uso de plásticos de un solo uso no biodegradables mediante el cambio a alternativas más sostenibles o plásticos biodegradables como el tereftalato de polietileno (PET) para reducir los niveles de acumulación de residuos y plástico en el medio ambiente. A nivel mundial los colegios y Universidades están trabajando incansablemente para inculcar el mensaje de una vida sostenible, y nuestro país no debe ser la excepción.
Las empresas también deben determinar su huella de carbono y cuantificar y analizar los niveles de emisión para identificar la corrección de rumbo necesaria para cambiar a métodos más sostenibles. Una vez que se recopilan estos datos y se determina una línea de base, cada negocio debe establecer una hoja de ruta, con hitos claros para la mitigación y adaptación al cambio climático. Este plan ayudará a comprender los recursos y el tiempo necesarios para reducir estas emisiones, tanto por unidad como de forma agregada. Hoy en día, las empresas y las unidades de fabricación de todo el mundo están empezando a priorizar la integración de prácticas sostenibles en su estrategia empresarial y directrices de recursos humanos. Las organizaciones también pueden buscar reducir las emisiones mediante la adopción de materiales ecológicos y energéticamente eficientes y el despliegue de energías renovables en toda la cadena de valor.
A un nivel más alto, los gobiernos de todo el mundo también necesitan formular con urgencia políticas que fomenten el uso y la ampliación de la tecnología y la innovación respetuosas con el clima, facilitando así una adopción más rápida de tecnologías limpias. Si bien la tecnología tiene algunas aplicaciones universales, cada país o gobierno, incluso cada región, encontrará sus propias mitigaciones de emisiones y adaptaciones con el tiempo. Se deben implementar políticas e incentivos, como usar un transporte eléctrico más amigable con el medio ambiente junto con una adopción más rápida de energías renovables como la energía solar o eólica para reducir las emisiones en todos los países.
Finalmente, a nivel global, es imperativo que todas las naciones colectivamente, especialmente los países desarrollados, se unan para convertirse en cero neto y frenar los efectos adversos del calentamiento global. Más allá de reducir sus propias emisiones, los países avanzados o desarrollados necesitan echar una mano en forma de capital o tecnología, o una combinación de ambos, a los países en desarrollo, que necesitan apoyo para reunir los recursos para reducir sus emisiones y adaptarse. A escala global, los gobiernos deben resaltar la criticidad de la situación mediante la publicación periódica de datos locales sobre el cambio climático y las acciones necesarias para cumplir con los objetivos acordados, y continuar instando a la acción colectiva.
El mundo se encuentra hoy en una encrucijada, y es el momento de impulsar el cambio para un futuro más saludable, más limpio y más habitable para las generaciones venideras. No hay duda de que las economías globales necesitan transformarse muy rápidamente para alcanzar emisiones netas cero. El mensaje para todos nosotros, jóvenes y mayores, gobiernos locales y nacionales y el planeta en su conjunto es: hagamos esfuerzos individuales, coordinados y colaborativos para superar agendas estrechas, tomando la sostenibilidad y el progreso económico para los marginados como agendas que van mano a mano.