Líderes para un Chile mejor
Chile necesita líderes capaces de impulsar los cambios que nuestra sociedad demanda. Y si bien este desafío es transversal, en las y los jóvenes adquiere una relevancia especial. En la educación superior se manifiesta, sobre todo, en acciones cotidianas que inspiran, organizan y motivan a otros.
Son muchos quienes, sin buscar reconocimiento, asumen roles de tutores, ayudantes o mentores para apoyar a sus compañeras y compañeros. Enseñan lo que han aprendido, refuerzan el trabajo colaborativo y generan espacios donde comienzan a germinar ideas e investigaciones. Ese gesto —aparentemente simple— es liderazgo en su forma más genuina.
Otro grupo decide dedicar parte de sus vacaciones al trabajo voluntario. No se preguntan dónde descansar, sino a quién pueden ayudar. Se organizan para mejorar una vivienda, reparar un techo o acompañar a familias que enfrentan carencias profundas. Jóvenes que, con pala en mano, transforman realidades y renuevan la esperanza de muchas comunidades de nuestra región.
También están quienes participan activamente en iniciativas ambientales, quienes comprenden la urgencia de cuidar el planeta: limpian playas, promueven la segregación de residuos, protegen áreas verdes y bofedales, y movilizan a otros para construir una cultura de sostenibilidad.
Sea cual sea su ámbito de acción, todas y todos estos jóvenes comparten algo fundamental: liderazgo, disciplina, trabajo en equipo y empatía. Deciden mirar más allá de sí mismos para poner su tiempo, capacidades y energía al servicio de otros. En un contexto donde el individualismo parece instalarse con fuerza, ellos representan un recordatorio de que la solidaridad sigue siendo un motor poderoso.
En Santo Tomás fomentamos estos talentos a través de nuestra Escuela de Líderes, donde acompañamos el desarrollo de habilidades y valores que permiten influir positivamente en su entorno. Porque solo con líderes comprometidos y conscientes podremos construir un país mejor para todas y todos.