Las mujeres necesitan una inclusión laboral fuerte
En el contexto de la conmemoración del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, es necesario recordar que las mujeres chilenas han estado históricamente insertas en el trabajo, más si consideramos el concepto amplio de trabajo, que incluye las pesadas y recurrentes tareas domésticas y de cuidado, las que no se postergan ni tienen días de descanso o licencias por enfermedad. De allí la importancia de reflexionar sobre los desafíos pendientes y las conquistas ganadas como mujeres trabajadoras.
En los pendientes, la inclusión de las mujeres al trabajo remunerado ha sido débil y ha crecido poco en los últimos años en nuestro país. La razón, es que las condiciones que presenta el mercado laboral no son inclusivas a la participación femenina, no se reconoce ni menos se gestionan las barreras que presentan las mujeres en su inserción productiva, haciendo que muchas veces se produzca una suerte de “puerta giratoria”. Esto es, ingresan a ciertos sectores económicos, pero salen por las bajas condiciones de retención.
En industrias de tradición masculina, como la minería, energía, transporte o construcción, este fenómeno se acrecienta.
Si bien, hay una preocupación por la incorporación y mejorar las tasas de participación, es aún frágil la atención a la inclusión sustentable, que implica bienestar laboral, satisfacción, alta conciliación trabajo, familia y vida personal y desarrollo de carrera.
¿Qué obstáculos enfrentan las mujeres que rompen estereotipos y estudian carreras técnicas o profesionales “de hombres”?, ¿cómo superarlos o mitigarlos? Estas preguntas guiarán una investigación Fondef (ID16I10031) que durante los próximos dos años buscará desarrollar un modelo de gestión integral para la inclusión sustentable de mujeres en industrias masculinizadas, que se basará en la creación de un sistema de alerta temprana a la exclusión y un modelo de gestión del cambio, administrables por las áreas de gestión de personas.