La Inteligencia Artificial llegó para quedarse

En todos los ámbitos de la vida la Inteligencia Artificial (IA) ha sido un gran aliado del ser humano. Conforme avanzan las tecnologías se ha ido integrando a todas las áreas del quehacer diario, permitiendo mejoras sustanciales en empresas, en el ámbito de la salud, logística, entre otros.

Sin embargo, se ha observado que a medida que avanza la automatización, los líderes de organizaciones y profesionales, observan estos avances, preguntándose ¿hasta dónde puede llegar este nuevo orden?.

En este marco, dicha realidad también ha tenido impacto en la educación superior, donde docentes enfrentan la disyuntiva de sumarse a esta revolución tecnológica o quedar rezagados de ésta. Sinceramente creo que la interrogante en el plano educativo, va más allá, puesto que nos preocupa saber si estos avances generarán un desarrollo positivo o solo una dependencia tecnológica en los jóvenes, afectando tal vez su proceso de enseñanza-aprendizaje.

En este sentido, negarse a una realidad latente y actual nos pondría en desventaja, debido a que este nuevo orden tecnológico -si se usa de manera eficiente- podría transformarse en una práctica herramienta para todos. Mejorando sustancialmente la eficiencia y la productividad de docentes y estudiantes, en todos los ámbitos.

Hoy, el acceso a la IA, nos pone a disposición ejemplos prácticos, experienciales y conocimientos que pueden aportar empíricamente a nuestros estudiantes, quienes buscan convertirse en futuros profesionales vanguardistas y resolutivos.

Finalmente, estoy de acuerdo con que la Inteligencia Artificial no solo trae consigo nuevos conocimientos, sino también, nuevos desafíos. Que a su vez, generan nuevas oportunidades de desarrollo, pero también la necesidad de actualización y evolución para nuestra sociedad.

Es por esto que propongo, y si en vez de tratar de esquivar estos nuevos procesos, los tomamos y aprovechamos para transformar nuestro trabajo, ¿qué tan malo podría ser?.