La importancia de la promoción de la salud durante la adolescencia

La adolescencia es una de las etapas más dinámicas del desarrollo humano. Se acompaña de cambios físicos, cognitivos, sociales y emocionales, que generan tanto oportunidades como desafíos a los jóvenes, sus familias y la sociedad.

Este grupo ha sido considerado tradicionalmente como una población “sana”, ya que están en uno de los periodos más saludable de la vida, dado que su mortalidad es entre siete y diez veces menor que en la población general. Sin embargo, debido al gran número de cambios a los que se encuentran expuestos, corresponde a una etapa de grandes riesgos de desarrollo integral.

No es muy frecuente que los adolescentes consulten de manera preventiva por atenciones en salud, pero deberían mantenerse en constante control para así poder realizar una pesquisa temprana de riesgos o enfermedades a los que se encuentran expuestos y de esa forma activar las prestaciones profesionales necesarias para resolverlos.

Estudios demuestran que muchos problemas de salud entre los adolescentes son resultados de la personalidad, del estilo de vida, del desconocimiento o falta de información, siendo los más frecuentes y serios, aquellos que se relacionan con el abuso físico, sexual y las drogas. Así también los desórdenes en la alimentación predisponiéndolos a enfermedades crónicas, tales como sobrepeso, dislipidemias, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, entre otros con graves implicancias para la salud futura de estos individuos.

Lo anterior está relacionado directamente con la etapa de ciclo vital individual y familiar en la que se encuentran, en donde de manera individual buscan establecer su propia identidad, esperando ser aceptados en ambientes sociales que no siempre suelen ser espacios saludables. Por lo demás, a nivel familiar, los padres comienzan a flexibilizar los tiempos y entregan ciertas responsabilidades, las que requieren de permanente supervisión, de manera afectiva, manteniendo un constante equilibrio entre la libertad y el control, en donde ambas partes, padres e hijo, requerirán negociar las decisiones que se tomen para el adolescente.

Junto con lo anterior, se debe destacar que a nivel físico existe un significativo desarrollo y crecimiento, caracterizado por los cambios hormonales que ocurren en esta etapa, haciendo necesaria la detección precoz de patologías como escoliosis y alteraciones del desarrollo puberal.

Muchos de estos problemas son potencialmente prevenibles, las actividades de promoción de la salud y prevención de enfermedades resultan claves en este período. Es por lo que existe el Control de Salud del adolescente, perteneciente al Programa Nacional de Salud, el que debiera realizarse anualmente y permitiendo evaluar y pesquisar en forma precoz tanto los riesgos como los problemas de salud, además de apoyarlos y promover en ellos conductas saludables. Por otra parte, dará la posibilidad de guiar a los padres en los diversos aspectos necesarios para potenciar el crecimiento y desarrollo saludable de sus hijos, asegurando un estado de salud futuro positivo, que permita mantener una buena calidad de vida y de esa manera, una inserción en la sociedad.

Resulta entonces necesario educar e informar a los adolescentes y a sus padres, para que reconozcan la importancia del cuidado preventivo desde los 12 años y así generar una demanda por este control.