Juventud, Mujeres, Los Otros y Los Nadie de siempre…
Las elecciones llevadas a cabo en Chile el domingo anterior, demostraron (a pesar de las críticas) un gran proceso de compromiso cívico por parte de la población. No sólo por la asistencia de los votantes a las urnas, sino que también por dar cuenta de la capacidad de agencia y de poder de generar cambios políticos y sociales, lo que se vio evidentemente reflejado en los resultados de este proceso.
Sin duda, que el hito clave para comprender la emergencia de este proceso eleccionario en cuanto a gobernadores (as) (por primera vez), concejales y concejalas, alcaldes y alcaldesas y lo más importante, miembros constituyentes para repensar y cambiar la constitución, fue el estallido social del 18 de octubre de 2019 que le quitó la máscara a la realidad para revelar las desigualdades sociales históricas en nuestro país. Desde una mirada reflexiva, planteada ya por algunos analistas en el tema, se podría decir que se institucionalizó el estallido social a través de este proceso eleccionario.
Lo más llamativo y sobresaliente es que el cambio sociocultural en la decisión política de lo que queremos como país, lo están generando los sectores y grupos sociales que continua e históricamente han estado excluidos de la participación política y social: los jóvenes, las mujeres, dirigentes sociales, los nadie de siempre.
En el sentido anterior, fueron los jóvenes los impulsores de los significativos movimientos sociales del año 2019 y sobre todo se destaca su participación en el plebiscito que resultó en el Apruebo a una nueva constitución para nuestro país. “Juventud, divino Tesoro”.
Las mujeres jugaron un papel extraordinario y nunca visto en la historia de nuestro país en el que, a través de la paridad de género, lograron alcanzar las más altas cifras de constituyentes elegidas. Este es el resultado, sobre todo, del icónico movimiento y lucha feminista organizada en los últimos años. Reflejo entonces, de que el cambio cultural sería el corolario de grandes tensiones políticas y sociales preliminares.
Son los dirigentes sociales, profesores, dueñas de casa, entre otros, que se identifican con lo popular y que viven la realidad cara a cara. Son la expresión de “los que sobran”, son los protagonistas del cambio cultural y de paradigma que acelerará la organización a través del compromiso con la comunidad, representándonos en el ejercicio del poder constituyente.
Estos procesos de cambio político, sin duda que serán complejos ya que están y estarán cargados de significaciones, de esperanzas y de sueños latentes. Sin embargo, este conjunto de interpretaciones serán el recurso que activará los procesos de cambio cultural en nuestro país y eso es bueno.