Influenza Aviar: la amenaza silenciosa que podría golpear a Chile en 2025

La Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) (H5N1) vuelve a ser un tema de salud pública global, esta vez con un brote en Canadá y EE.UU. que ha afectado a la industria avícola y otros sectores productivos. Millones de aves han sido sacrificadas, impactando la producción de carne y huevos, con consecuencias económicas notables. Esto plantea la pregunta ¿qué ocurriría si un brote similar llegara a Chile este año?

EE.UU. -un referente en producción avícola- ha demostrado que incluso con experiencia, la bioseguridad sigue siendo frágil ante enfermedades altamente contagiosas. Además de afectar la producción, los brotes han reducido exportaciones y elevado los precios de productos avícolas. En Chile, donde la industria avícola lidera la producción cárnica, una crisis semejante tendría repercusiones directas en la economía y el acceso a alimentos básicos.

Aún más preocupante es la reciente detección del virus en ganado bovino y porcino en USA, lo que demuestra su capacidad de adaptación a nuevas especies. Chile, con su industria ganadera consolidada, debe reforzar la vigilancia epidemiológica para evitar la propagación del virus en su ganado.

Entre 2022 y 2024, en Chile se detectaron focos de IAAP en aves silvestres, de corral y mamíferos marinos. Aunque se controlaron con sacrificios y estrictas medidas de bioseguridad, el riesgo persiste. Un brote similar al de EE.UU. en 2025 impactaría inmediatamente los precios de pollos y huevos, afectando a consumidores y generando incertidumbre en la industria.

Más allá del impacto económico y productivo, es crucial recordar que la influenza aviar es una zoonosis. En Canadá y USA, desde abril de 2024, se han registrado 70 contagios humanos, 40 de ellos vinculados a la exposición a vacas lecheras, y con un fallecido. Si bien no se ha documentado transmisión de persona a persona, la vigilancia epidemiológica sigue siendo clave. Según el CDC, el riesgo de transmisión a humanos es bajo, pero el virus evoluciona constantemente, por lo que es esencial estar preparados ante posibles cambios en el nivel de riesgo.

Frente a esta amenaza, es imperativo que autoridades y el sector productivo refuercen las estrategias de prevención, incluyendo vigilancia epidemiológica, control del comercio ilegal de aves y educación en bioseguridad para productores y la población en general. La influenza aviar no es sólo un problema de salud animal, sino un desafío económico, social y de salud pública. Aprender de la experiencia de EE.UU. y anticipar medidas contundentes puede marcar la diferencia entre estabilidad y una crisis que afecte a todos los chilenos.