En el Día del Podólogo, le preguntamos: ¿se preocupa de sus pies?
¿Por qué es importante que lo haga? Antecedentes epidemiológicos de nuestra Región nos indican altas tasas de personas diabéticas, hipertensas, dislipidémicas, obesas, tabaquismo, en riesgo moderado, alto o muy alto. Es así como el Técnico en Podología Clínica adquiere un papel preponderante en la prevención, educación y cuidados de la salud del pie, especialmente en el caso de pacientes de alto riesgo, aquellos que están insertos en los programas de salud pública y quienes no pertenecen a estos grupos y estiman una atención podológica clínica profesional.
Cualquiera de las patologías podológicas deteriora la salud del individuo y produce impacto en el ser humano. Ocasionan dolor, dificultad para caminar o desplazarse, aumentan el peligro de accidentes (como caídas), la posibilidad de infecciones, lo que en algunos casos puede terminar en amputación, aumentan la posibilidad de complicaciones (como enfermedades o problemas en articulaciones y a la columna vertebral), etc.
Hablamos de autocuidado al hecho de que la persona se haga responsable de cuidar su salud, practicando medidas simples para prevenir accidentes, enfermedades o evitar complicaciones de éstas y así lograr tener una mejor calidad de vida. Los cuidados más importantes de los pies para evitar enfermedades e infecciones consisten en realizar higiene prolija y diaria y las veces que sea necesario durante el día, cuidar especialmente el secado entre sus dedos con toalla de papel/secador de pelo en aire frío, no aplicar talco directamente a los pies, sino una pequeña cantidad al calzado y repartirlo homogéneamente, con el objeto de evitar aparición de hongos e infecciones. Posterior a una buena higiene y secado, se aconseja hidratar mediante aplicación de cremas, evitando utilizarla entre los dedos.
Consejos de autocuidado
Sus uñas las debe cortar en forma recta, evitando las puntas de éstas, dado que podrían provocar heridas y luego infecciones. Es fundamental que el calzado sea cómodo y amplio en la punta, que no oprima los dedos y no se produzca engrosamiento de uñas y piel o deformidades en los pies. Es aconsejable también que los calcetines o calcetas sean de materiales naturales como algodón, cobre o bambú, que evitan el exceso de sudoración y aparición de hongos en la piel. Recomiendo examinar la planta de sus pies a través de un espejo, en caso de dificultad física.
Mantenga una dieta sana y balanceada, libre de grasas, sal y azúcar, recuerde que nuestros pies reciben todo el peso de nuestro cuerpo y nos permiten desplazarnos. Consulte precozmente. Si padeciera alguna dificultad en sus pies, no dude en acudir al Técnico en Podología Clínica, no intente solucionarlo en casa utilizando productos peligrosos como callicidas, hojas de rasurar, parches, etc.
Cada 26 de julio se celebra el Día del Podólogo, por la dedicación exclusiva al cuidado de la salud del pie desde tiempos muy remotos y cuya evolución ha sido desde “servidores” en el antiguo Egipto, a “callistas”, “pedicuros” y “podólogos”, experiencias que han permitido que esta especialidad técnica se profesionalice cada día más para llegar al actual “Técnico de Nivel Superior en Podología Clínica”. Su preparación permite insertarse en el equipo de salud y brindar sus conocimientos, habilidades y valores con una tremenda responsabilidad social, cuyo objetivo final es lograr una mejor calidad de vida. Envío un afectuoso saludo a quienes se encuentren estudiando esta especialidad técnica y a quienes después de una rigurosa preparación académica teórica y práctica se encuentran titulados y se dedican a esta noble y valiosa actividad.