La educación y habilidades blandas
A medida que pasa el tiempo, cada vez toman más fuerza las llamadas habilidades blandas en el mundo laboral. Sin embargo, la educación tradicional o más bien conservadora, centró sus energías en la formación de aquellas cognitivas y procedimentales, pero escasamente en el control emocional o desarrollo de actitudes y valores.
Las habilidades blandas son capacidades comunicativas, de trabajo en equipo, adaptabilidad, empatía, proactividad, autocrítica y flexibilidad frente a situaciones cambiantes. Éstas son fundamentales en el ser humano, pues nos permiten convivir y comunicamos con nuestros pares, lo que sin duda contribuye al desarrollo personal.
Cada una de estas habilidades no son innatas del ser humano, sino que son comportamientos adquiridos, es decir se desarrollan desde la infancia, donde en primera instancia los padres enseñan a sus hijos a desenvolverse, luego la escuela continúa con la gran tarea de que las personas se desarrollen y convivan con sus pares, pero sin olvidar que la base se establece en el hogar. Los padres tienen un rol fundamental en la formación de sus hijos para que en el futuro puedan ser seres honorables.
La educación actual ha evolucionado en el tiempo y tomado conciencia de la importancia de estas habilidades blandas, tanto en el ámbito laboral como en el cotidiano. Por ello es de interés para el desarrollo de valores transversales y alcanzar el conocimiento.
Se están realizando talleres de liderazgo o comunicación efectiva, con el fin de desarrollar profesionales íntegros, tanto es así que los profesores han logrado inculcar este tipo de actitudes en cada una de sus actividades escolares y académicas.
Ahora que habitamos en un mundo súper competitivo en el que la tecnología avanza a pasos agigantados, y la comunicación cara a cara va cada vez va quedando más relegada y reemplazada por los celulares, Tablets o computadores, donde aquellos espacios en que la familia educa en este tipo de habilidades van desapareciendo, es necesario tomar conciencia de esta situación y retomar las sobremesas, los almuerzos familiares y las caminatas, para así conectarnos con nosotros mismos y con quienes amamos.