Desafíos curriculares para la educación inclusiva
Más de 10 años han pasado desde la implementación del Decreto 170, principal instrumento normativo que promueve el acceso de estudiantes con discapacidad a escuelas regulares. Anteriormente la educación se veía diferente, las aulas diversas de hoy tenían estudiantes muy parecidos entre sí por tanto las formas de educar también eran distintas.
Hasta hoy se ha puesto el foco en el acceso y en los métodos de enseñanza, sin embargo, la experiencia nos muestra la importancia de discutir sobre el qué se enseña y el quién enseña. El curriculum que los estudiantes con discapacidad cursan en la escuela inclusiva, es hecho por y para personas sin discapacidad, por tanto, el rol del Técnico en Educación Especial va a cobrar especial relevancia para acompañar al profesorado y contextualizar ese curriculum que puede verse lejano.
Las comunidades educativas necesitamos entender que el estudiante con discapacidad viene casi siempre, en situación de desventaja. Mientras muchos de nosotros aprendimos la comunicación y el lenguaje en nuestros primeros 5 años de vida en contextos naturales, son muchas las personas con discapacidad que aprenden a comunicarse en la escuela, un entorno mediado por tiempos, evaluaciones y en paralelo a otros aprendizajes como la lectura, la suma y la resta.
La experiencia nos ha mostrado que cuando una persona con discapacidad tiene un apoyo de un Técnico de Educación Especial que es capaz de interpretar sus emociones y necesidades, que sirve como puente entre el estudiante, sus pares y docentes, y que promueve un vínculo seguro, la emergencia de formas alternativas o aumentativas al lenguaje oral se da con mayor funcionalidad reduciendo así los problemas conductuales, emocionales y de aprendizaje.
Por esto, es que se necesitan políticas que den mayor reconocimiento a esta función; se necesitan administradores y administradoras educacionales que realmente apuesten por la inclusión reconociendo que lo que hoy ofrecemos garantiza acceso, pero no necesariamente aprendizaje; y por último se necesitan personas dispuestas a formarse para este desafío.
Si crees que una educación más justa mejora la calidad de vida de las personas, te invitamos a ser parte de este cambio educativo y social, sumándote a la carrera de Técnico en Educación Especial en Santo Tomás.