COVID-19 y el cuidado del pie
El Covid-19 tiene a la población mundial en alerta. Al tratarse de un virus nuevo, cada día aparecen nuevos datos e información relacionada a sus síntomas y posibles tratamientos. Uno de los síntomas más recientes, reportados en pacientes jóvenes o niños, son las erupciones en la piel de los pies.
Los síntomas fueron reportados en pacientes de España, muchos de ellos asintomáticos, que presentaron inflamaciones rojas o moradas en los dedos de los pies, parecidos a los sabañones; una lesión en la superficie de la piel que se origina tras el contacto prolongado con ambientes fríos o húmedos.
Si bien, este fue reportado como un posible síntoma nuevo, no debemos alarmarnos ya que el eritema pernio, conocido como sabañón, es más frecuente en invierno, puesto que se produce por la exposición al frío, combinada con una pobre regulación del flujo sanguíneo de la piel.
En invierno, es común ver un aumento de estos casos, cuando hay cambios de temperatura bruscos, pasando del frio a un calor intenso; lo que produce una inflamación dolorosa producto de que el calor genera una expansión de los vasos sanguíneos de la piel, apareciendo estas lesiones.
Los signos que permiten identificar las lesiones por frío son la aparición de ampollas, sensación de picor y ardor en la zona afectada, dolor e hinchazón en la zona, cambios de color, de azul a rojo oscuro.
Si estos síntomas no van acompañados de fiebre, dolor muscular o dolor de cabeza y si la persona ha expuesto sus pies a cambios de temperatura, debe comunicárselo prontamente a su Técnico en Podología Clínica, para que sea evaluado por el equipo de salud y determine si la lesión está asociada a un cuadro infeccioso como el que ocurre a raíz del Covid-19 o bien, se trate de lo que comúnmente conocemos como sabañón, en cuyo caso determinarán su tratamiento más adecuado.
Cambio de estación: cambio de calzado
Por la época del año en que nos encontramos, se recomienda cambiar el calzado, guardando los zapatos más descubiertos o delgados, que usamos en verano, para dar paso a zapatos más cerrados que protejan nuestros pies del frío.
De preferencia, se recomienda la utilización de calzado de materiales nobles, como el cuero, y de calcetines de algodón, para evitar la sudoración excesiva, de modo que los pies estén cómodos y secos.
Finalmente, no está de más reiterar que tras el lavado de pies, se deben secar con papel secante o con una toalla específica para esta zona de nuestro cuerpo, procurando que queden muy secos, especialmente la zona entre los dedos.