Consideraciones para elegir un buen colegio
Comienza la segunda mitad del año y la elección de colegio es un tema que se instala en las familias para traer preocupación, desasosiego e intranquilidad.
La elección de colegio se torna una decisión difícil y que quita el sueño, pues la seguridad de que el hijo/a que debe ingresar al sistema educacional quede en un colegio que asegure la calidad y los buenos resultados, es bastante inestable.
Pero, paradójicamente, esta incansable lucha de encontrar un colegio que asegure una vida exitosa, por el alto nivel de exigencia y competitividad, conduce con frecuencia a olvidar los intereses de los niños y niñas, obligándolos a pasar por extensos procesos de selección que solo generan estrés y ansiedad innecesarios para su etapa de desarrollo.
Entendiendo que los padres siempre querrán lo mejor para sus hijos, es necesario recordar algunos aspectos que se deben considerar en esta importante toma de decisión, como es escoger un colegio que acompañará a la familia en la formación integral de este nuevo estudiante por 14 años o más.
Antes que todo, se debe velar por que el colegio elegido de respuesta a los intereses y motivaciones del niño/a. Desde muy temprano los padres pueden detectar cuáles son los intereses que constituyen la motivación de este nuevo estudiante. Por ejemplo, un niño que tenga orientaciones artísticas tendrá desde muy pequeño preferencia por escuchar música, bailar, tocar instrumentos, seguir un ritmo con su cuerpo o con cualquier objeto que encuentre a mano.
Aquellos que tienen habilidades deportivas demostrarán gusto por el juego al aire libre, hacer carreras espontáneas, escalar, andar en bicicleta e incluso inventarán formas para jugar con su pelota o encestar.
Para estos casos, necesariamente los padres deberán detenerse en el análisis de aquellos colegios que fomenten actividades deportivas y artísticas dentro de su proyecto educativo y que centren su función en el desarrollo de habilidades no tan sólo cognitivas sino también de aquellas que tengan que ver con el trabajo en equipo, el compromiso, la responsabilidad y rigurosidad.
Considerando, además, que en general los niños que demuestran estos intereses tienen un pensamiento divergente y creativo con incansables ganas de explorar lo que les rodea, será necesario que los padres opten quizás por un establecimiento que no emplee un método de enseñanza tradicional (que requiera que sus estudiantes estén largas horas sentados frente a un pizarrón) sino que sea un establecimiento que trabaje con metodologías activo participativas que involucren cien por ciento al estudiante en la búsqueda del aprendizaje, por ejemplo, con la metodología de proyectos.
Por el contrario, si vemos que tenemos niños que tienen alta capacidad para mantener largos y óptimos periodos de concentración, son calmos y con facilidad para adaptarse a una rutina, será necesario que los padres opten por un colegio que responda a estas características.
De esta manera, si la cuestión de seleccionar un colegio se enfoca a partir de la consideración del bien mayor del niño, atendiendo a lo que él quiere y a lo que fortalecerá sus características únicas, tendremos niños más felices, deseosos de permanecer más tiempo en su colegio, con menores niveles de frustración y con opciones reales de éxito en su desempeño escolar.