Bestia: los detalles hacen la perfección
Recientemente durante la ceremonia de los premios Annie en su 49 edición, se otorgó el reconocimiento de mejor cortometraje a “Bestia”, hecho que no es menor, pues en la industria los premios Annie son conocidos como “los oscars de la animación”.
La historia basada en hechos reales presenta a Íngrid Olderöck, agente de la DINA culpable de cometer crímenes de lesa humanidad y reiteradas torturas en época de dictadura.
Bestia es un trabajo poderoso, que cala el alma y que, hoy por hoy, es famoso en todo el mundo, porque está postulando a los premios Oscars. Pero más allá de analizar su profunda trama y narrativa vamos a lo técnico, hablemos en breve de su estética y producción.
Para esto, debemos ir un poco a la génesis del proyecto que en un principio fue pensado para una serie de animación con la idea de indagar en las vidas y mentes de algunos personajes de la historia política de Chile (entre estos Íngrid). Posteriormente su director Hugo Covarruvias en conjunto a su directora de arte, Constanza Wette establecieron un interesante pie forzado en donde cada capítulo tuviera un estilo propio, en el caso de Bestia el pie forzado era que su estética fuera similar a los juguetes.
Al adjudicar su primer fondo audiovisual comenzaron con la preproducción logrando definir más su estética de juguete, llegando hasta el modelo de las muñecas alemanas. ¿Por qué? Principalmente como un guiño, a lo que fue su infancia como hija de padres nazis, como también la falta de expresividad facial del personaje, que según algunos relatan, era característico de Íngrid.
Una particularidad que llama la atención es el rostro brillante que imita a la cerámica. Esto se logro modelando las caras con tres resinas distintas, resina de poliuretano cubierto con una resina de cristal (para el aspecto del brillo) y por dentro una resina expansiva para generar el volumen y volver a la pieza mucho más liviana.
Ahora bien, esta estética necesitaba un contrapunto, ya que, si todo fuera de juguete podría generar una confusión visual entre la figura (personaje) y el fondo. Los materiales más opacos como el cartón, con sus texturas más rugosas y opacas ayudaron a generar este contraste en todos los decorados, sets y props.
En el pintado de los exteriores podemos observar cómo predominan los tonos grises en representación de los distintos lugares de Santiago, al contrario, en los interiores de la casa de Ingrid y el centro de tortura podemos ver más matices de colores generando una diferencia entre lo que podemos considerar la realidad y lo que esta dentro de la cabeza de Íngrid Olderöck.
En cuanto a sus referentes visuales y que fueron importantes para dirigir el guion, Covarrubias se refiere en varias de sus entrevistas a la importancia de algunos filmes que ayudaron a definir el tono como, Blow-Up (1966) dirigida por Michelangelo Antonioni, Repulsión (1965) por Roman Polanski o Vértigo (1958) dirigida por Alfred Hitchcock con James Stewart y Kim Novak. Esto le permitió definir más claramente el género de thriller psicológico.
En cuanto a la dirección de fotografía Hugo Covarrubias quien también asumió como director de fotografía, trabajo este cortometraje bajo una mirada de cine documental, exacerbando el terror psicológico y la oscuridad en el lugar más siniestro y de mayor comodidad para el personaje, su casa, buscando retratar así su mundo interno y soledad.
El lugar donde fue trabajado esta obra se encuentra instalado en Estación Mapocho, allí durante tres años se trabajo en la construcción de los distintos sets en escala de 1 a 7, esto quiere decir, por ejemplo, si quisiéramos hacer una silla, podemos medir su altura y dividirla por 7, aquello nos dará la medida para el set.
En cuanto a la animación, durante su etapa de desarrollo el estudio recibo la visita de Paul Harrod, diseñador de producción del filme stop motion Isla de Perros (2018) lo que fue un golpe de motivación potente, pues entre las animaciones que podríamos destacar del cortometraje se encuentra el movimiento natural del perro de Íngrid, pues lograr, por ejemplo, una caminata que se vea bien de un personaje cuadrúpedo siempre supondrá un desafío mayor que animar a un bípedo.
Dato curioso, cuando el cortometraje se postuló al festival de Aneccy se hizo sin terminarlo, “aun en verde”, con mucho chroma, soportes sin borrar y con una evidente falta de post producción. La postulación fue aceptada bajo una condición de “work in progress” y con el compromiso de terminarlo en un periodo de 2 meses, después de una exhaustiva carrera por finalizar el proyecto, se logró a tiempo y finalmente resultó ganador.
Actualmente el cortometraje está siendo distribuido internacionalmente por Miyu Distribution y si no lo has visto aún puedes rentarlo a través de Vimeo en el siguiente enlace: https://vimeo.com/ondemand/bestia/653744884