Expectativas de la COP27
En todo el mundo, la frecuencia cada vez mayor de fenómenos climáticos extremos como sequías, inundaciones sin precedentes, tormentas tropicales y olas de calor, están haciendo sonar las alarmas, lo que requiere una respuesta urgente a la emergencia climática. Según un informe del IPCC, alrededor de 3300 a 3600 millones de personas viven en áreas altamente vulnerables al cambio climático y, para 2030, se espera que el cambio climático empuje a otros 132 millones a la pobreza extrema. Es en este contexto que los líderes mundiales se reunirán para la COP 27 en Egipto, con la firme responsabilidad de cumplir las promesas pasadas y acelerar la acción para hacer frente al cambio climático. Es hora de traducir los compromisos en acción y predicar con el ejemplo.
Según el Pacto Climático de Glasgow de 2021, si se implementaran todas las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), el mundo aún se dirigiría hacia un aumento de 2,4 °C., con el peor escenario de 2,8 °C., si no se cumplen todas las promesas y un en el mejor de los casos de 1,8 °C., si se implementan todas las nuevas acciones. Esto todavía está por encima de la marca de 1,5 °C. Por lo tanto, es imperativo que todos los países inicien un nuevo ciclo de ambición y declaren objetivos de descarbonización más altos, respaldados por políticas e inversiones. La agenda de la COP27 incluye cuatro temas principales a discutir: mayor ambición, financiamiento climático, adaptación y pérdidas y daños. La cumbre brinda la oportunidad de reflexionar sobre el progreso realizado hasta la fecha en estos temas y orientarse hacia resultados concretos.
La COP27 debería garantizar debates sobre el desarrollo de objetivos sectoriales de descarbonización agresivos, especialmente en sectores difíciles de reducir, como el transporte y los usos industriales de la energía. Un resultado esencial será el acuerdo sobre 1,5 °C., basado en la ciencia y los objetivos de reducción de emisiones globales alineados con el Acuerdo de París para 2035 junto con una hoja de ruta aún más ambiciosa para la descarbonización. Esto incluirá una combinación de NDC alineados a 1,5 °C., revisados, implementación acelerada y rendición de cuentas de las promesas hechas por actores estatales y no estatales. Las partes también deben trabajar específicamente para estimular una transición justa hacia una economía neta cero, con una eliminación gradual planificada de los combustibles fósiles y un cambio hacia soluciones de energía renovable, eficiencia energética y tecnología limpia.
Esta cumbre se lleva a cabo a la sombra del conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha afectado la geopolítica de la energía, elevando los precios del petróleo y el gas. La seguridad energética, alimentaria y de la cadena de suministro se han convertido en preocupaciones clave. La guerra ha expuesto los riesgos de depender de los combustibles fósiles, además de sus elevados costos climáticos y no climáticos. Por muy tentador que pueda ser a corto plazo, la COP 27 debe evitar dar marcha atrás y generar impulso a favor de acelerar la capacidad de las energías renovables.
Sobre el financiamiento climático, la Cumbre debe centrarse en: velocidad, escala y alcance. Existe una necesidad urgente de que los países desarrollados cumplan con su compromiso de financiamiento de US$100 mil millones por año, no solo para catalizar la descarbonización, sino también para restaurar la confianza en las negociaciones climáticas. Ya es hora de que esta asistencia financiera se actualice e incluso se amplíe rápidamente en los próximos años, junto con el apoyo tecnológico y de desarrollo de capacidades. Alejándose de la norma, los países también deben acordar comprometer una mayor parte de este financiamiento para la adaptación y la construcción de resiliencia climática y especificar cómo llega a los más necesitados, en línea con los Planes Nacionales de Adaptación que deben finalizar e implementar. Espero que la COP 27 siente las bases para alianzas público-privadas efectivas para ayudar en este proceso.
Uno de los mayores logros de la COP26 fue el establecimiento de un conjunto de reglas para regir el uso de los mercados de carbono para ayudar a los países a cumplir con sus NDC en virtud del Artículo 6 del Acuerdo de París. Los líderes de la COP27 ahora deben diseñar un mecanismo de mercado con integridad ambiental y transparencia, que permita la transición a un precio global del carbono que pueda atraer inversiones para cumplir con los objetivos de mitigación de carbono, así como para la adaptación.
El mundo observa las conversaciones de Egipto con gran anticipación, esperando un resultado equilibrado con planes de acción específicos y medibles. Esperemos que en la COP27 las naciones se enfrenten a la enormidad del desafío climático y elaboren un plan de acción transformador para proteger nuestro planeta.