El potencial de las tierras raras en Chile: Oportunidades económicas, desafíos ambientales y su rol estratégico en la transición energética

Las tierras raras, un grupo de 17 elementos químicos esenciales para tecnologías avanzadas como paneles solares, turbinas eólicas, baterías de vehículos eléctricos, dispositivos electrónicos y sistemas de defensa, representan un recurso estratégico de alto valor en el contexto global. Chile, conocido por su liderazgo en la producción de cobre y litio, ha comenzado a explorar su potencial en este ámbito debido a la creciente demanda mundial de estos elementos, impulsada por la transición energética y el auge de las tecnologías limpias.

Estudios geológicos recientes han identificado depósitos de tierras raras asociados principalmente con minerales de hierro y cobre en diversas regiones de Chile. Según el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), existen indicios de su presencia en la Cordillera de los Andes y otras zonas ricas en recursos minerales, lo que posiciona al país como un posible actor relevante en este mercado. A nivel global, el mercado de tierras raras está dominado por China, que controla más del 80 % de la producción y procesamiento mundial, lo que genera una dependencia crítica para muchas economías. Chile podría aprovechar su potencial en este sector para diversificar su matriz exportadora y reducir esa dependencia, consolidándose como un proveedor alternativo para América y Europa.

El impacto económico de la explotación de tierras raras en Chile sería significativo. Además de diversificar la economía minera, actualmente dependiente del cobre que representa casi el 50 % de las exportaciones nacionales, su desarrollo podría atraer importantes flujos de inversión extranjera directa. La demanda global por estos elementos se proyecta al alza, especialmente debido al crecimiento de las energías renovables y las tecnologías de almacenamiento energético. Según el Banco Mundial, se espera que la demanda de materiales críticos como las tierras raras crezca hasta un 300 % para 2050, lo que refuerza la importancia estratégica de su explotación.

Desde un punto de vista tecnológico, la producción de tierras raras podría transformar a Chile en un proveedor clave de componentes esenciales para tecnologías limpias, como imanes permanentes utilizados en turbinas eólicas y motores eléctricos. Asimismo, la disponibilidad de estos recursos podría estimular la innovación local, promoviendo el desarrollo de capacidades industriales avanzadas y fomentando la creación de valor agregado en lugar de limitarse a la exportación de materias primas. Esto abriría la posibilidad de establecer alianzas estratégicas con industrias tecnológicas y centros de investigación internacionales, posicionando al país en la cadena de valor global de productos de alta tecnología.

No obstante, el desarrollo de este sector plantea importantes desafíos ambientales. La extracción y procesamiento de tierras raras son actividades altamente contaminantes si no se gestionan adecuadamente. Por ejemplo, la liberación de elementos radiactivos como el torio y el uranio, junto con el uso de productos químicos tóxicos en los procesos de separación, puede tener graves impactos en los ecosistemas y en la salud de las comunidades cercanas. China, líder mundial en la producción de tierras raras, ha enfrentado severos problemas de contaminación en regiones mineras, lo que sirve como advertencia sobre la necesidad de implementar estrictas regulaciones ambientales y sistemas de gestión de residuos desde el inicio.

En términos sociales, la explotación de tierras raras podría traer beneficios significativos, como la creación de empleos directos e indirectos en regiones mineras, dinamizando las economías locales. Sin embargo, también podría generar conflictos sociales si no se garantiza la participación y la consulta previa a las comunidades, especialmente en territorios habitados por pueblos indígenas. Experiencias previas en el sector minero chileno han demostrado que una gobernanza transparente y participativa es clave para evitar tensiones y garantizar que los beneficios se distribuyan de manera equitativa.

Finalmente, desde una perspectiva geopolítica, Chile tiene la oportunidad de desempeñar un papel estratégico en el suministro global de tierras raras, particularmente en un escenario donde muchas economías buscan diversificar sus fuentes de aprovisionamiento para reducir la dependencia de China. Esto podría fortalecer la posición del país en negociaciones comerciales internacionales y atraer alianzas estratégicas con países desarrollados interesados en asegurar su acceso a estos recursos.

En conclusión, el desarrollo del sector de tierras raras en Chile ofrece una oportunidad única para diversificar la economía, impulsar la innovación tecnológica y apoyar la transición energética global. Sin embargo, para maximizar estos beneficios, es imprescindible adoptar políticas sostenibles, invertir en investigación y desarrollo, implementar estrictas normativas ambientales y garantizar la inclusión activa de las comunidades locales. Solo de esta manera se podrá equilibrar el crecimiento económico con la protección ambiental y la cohesión social, asegurando un desarrollo verdaderamente sostenible.

  • Publicado originalmente en Diario Estrategia el sábado 25 de enero de 2025.