JAIME AEDO, COORDINADOR DIPLOMADO EN GESTIÓN DE CONVIVENCIA ESCOLAR

“Queremos aportar herramientas con el propósito de poder enfrentar este fenómeno emergente, que es la convivencia escolar”

Con el transcurso de los años, un aspecto que a nivel nacional ha cobrado cada vez más fuerza y relevancia al interior de los establecimientos educacionales es la convivencia escolar, temática que comenzó a abordarse e implementarse en colegios y escuelas, una vez que temas como el bullying cobraron más significación dentro de los mismos y en la sociedad chilena.

La Universidad Santo Tomás, bajo el alero de las Escuelas de Psicología y Educación, decidió crear un diplomado que aborda, precisamente, el tema de la convivencia escolar.

En la siguiente entrevista, el Coordinador del Diplomado en Gestión de Convivencia Escolar, Jaime Aedo, entrega más detalles sobre este programa.

-¿En qué consiste este diplomado y a qué apunta?

La Universidad creó este diplomado con un objetivo muy concreto: aportar herramientas de formación a los gestores de la convivencia escolar, como docentes, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales que están relacionados con el tema y que ya están trabajando en los colegios.

Lo que queremos es aportar herramientas con el propósito de poder enfrentar este fenómeno emergente. Es un hecho que estos asuntos de convivencia escolar no eran un problema hace un tiempo atrás, o no se significaban como tal.

Se pasaron a significar una vez que empezamos a entender que la violencia escolar, el bullying, estaban siendo acogidos por la sociedad como un problema; eso generó una necesidad y esa necesidad no sólo se suple con buena voluntad, sino que con herramientas técnicas, jurídicas, científicas y formativas para poder hacerlo.

En ese sentido, como Universidad, creamos este diplomado bajo el alero de la Escuela de Educación que, como sede local, compartimos con la Escuela de Psicología, con el propósito de formar a estos profesionales.

-¿Cuáles son los objetivos del diplomado?

Están ordenados en función de temáticas. El primer módulo apunta a revisar cuáles son los fundamentos y enfoques teóricos en torno a la convivencia escolar. Qué es lo que se sabe de ella, cuál es el estado del arte de esta temática, ya sea de lo teórico, los fundamentos sociológicos, psicológicos, antropológicos; el enfoque socioafectivo que hay con respecto a cómo se relacionan las personas en este entorno que son las escuelas, particularmente los alumnos; cuáles son las experiencias nacionales e internacionales que han sido exitosas en este tema.

Un segundo módulo está enfocado en revisar las políticas públicas y de gestión de la convivencia escolar, tanto a nivel local como internacional, para saber cuáles son nuestros marcos jurídicos, cuál ha sido la evolución de este marco jurídico y aquellas experiencias internacionales que han sido exitosas en este tema.

Un tercer módulo está orientado a revisar los conceptos de clima socioefectivos de la realidad escolar; es ver cómo se hace el diagnóstico de la intervención de estos fenómenos en los colegios.

El objetivo del cuarto nivel es conceptualizar respecto a lo que a violencia general se refiere, violencia escolar en particular, abordado desde las definiciones que se han ido creando en torno a lo que es el bullying, preocupándonos fundamentalmente de entregar conceptos relacionados a la prevención primaria, secundaria y terciaria de estos fenómenos. Asimismo, revisar qué experiencias de implementación que han sido majestuosas, probadas, basadas en evidencias.

El penúltimo módulo habla específicamente de modelos de resolución de conflictos y mediación escolar, que son estrategias prácticas para el afrontamiento de estos fenómenos. Por último, este diplomado cuenta con un módulo referente a la familia y comunidad educativa, como agentes que, cuando están en una alianza efectiva, son los que promueven un mejoramiento en las relaciones entre los pares, en la enseñanza básica, media e incluso en la educación superior.

-¿Qué se entiende por convivencia escolar?

Podríamos decirlo de una manera súper simple; es el respeto de ciertos principios en convivencia que no se agotan en la escuela, sino que son más bien globales, de respeto a la diversidad, a la diferencia, respeto a la integridad psicológica, física y sexual de los miembros de las comunidades y el respeto en función de reglas que sean co-construidas por la comunidad y no impuestas solamente desde un estamento con respecto a otro.

-¿Qué factores podrían haber incidido en que se haya considerado el tema de la convivencia escolar como un problema?

Dentro de las conceptualizaciones que hay en sociología, psicología social, antropología, respecto de la violencia es importante destacar que éste es un fenómeno infrecuente, a pesar de lo que uno cree.

En general, la gente respeta las reglas de convivencia y la gente es capaz de relacionarse de manera constructiva. Sin embargo, la violencia es una dirección que no es tan común, pero el hecho de que no sea común no significa que no sea ni grave ni impactante.

Desde esa perspectiva, es que como sociedad hemos ido evolucionando hacia un estado en que ciertas cosas que antes eran permitidas, y no las significábamos como problemas, hoy sí las estamos significando. Lo puedes ver en otros ámbitos, por ejemplo, reírse de determinados defectos físicos de las personas o de su orientación sexual era algo común y que nadie cuestionaba como problema hasta hace muy poco tiempo atrás. Hoy no; hoy, efectivamente, eso se ha convertido en un problema y habla de la evolución de las sociedades, de las comunidades.

En ese sentido, no es que el bullying haya aumentado necesariamente. Lo que hay es que hoy es un problema y antes no lo era; entonces, cuando lo significamos como problema, lo convertimos en algo que hay que intervenir.

La función de los gestores de la convivencia escolar, como profesores, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales, es justamente significar estos problemas en las comunidades y poner estrategias para poder enfrentarlos.

Si no atacamos el problema de la violencia en la educación, después no nos podemos quejar de que haya otros problemas en el ámbito de la convivencia social. La escuela es un perfecto laboratorio y un gran escenario para poder hacer prevención. En ese sentido es que va enfocado nuestro programa.

-¿A quiénes, particularmente, está orientado este programa?

A los profesionales que son encargados de gestionar este asunto; básicamente son docentes, profesores, pedagogos de diferente tipo que están trabajando en los colegios. Los equipos de convivencia escolar que, en general, han sido puestos que se han ido creando hace relativamente poco tiempo en los colegios, que han sido ocupados por profesionales fundamentalmente del trabajo social y de la psicología. Asimismo, en algunos colegios también han incurrido sociólogos e, incluso, antropólogos, pero en general, a profesionales que estén interesados en abordar este fenómeno.