Jorge Bonino lidera la alianza entre el Secretariado de la Lana de Uruguay y el Centro de Innovación y Desarrollo para Ovinos del Secano (Ovisnova), permitiendo que los productores nacionales puedan conocer la experiencia de ese país en el rubro.

En el marco de la ejecución del proyecto “Sello Merino para la Ruta Textil”, el Centro de Innovación y Desarrollo para Ovinos del Secano (Ovisnova) de la Universidad Santo Tomás Talca materializó un ciclo de talleres con el apoyo de expertos uruguayos pertenecientes al Secretariado de la Lana (SUL) de ese país.

Al respecto, la Directora de Ovisnova, Marcela Gómez, señaló que se ha generado una alianza de trabajo colaborativo con “el Secretariado Uruguayo de la Lana, y la importancia de estos talleres fue compartir y conocer la experiencia de trabajo del Uruguay en el desarrollo estratégico de la producción ovina, y su alta especialización y avances tecnológicos y de desarrollo, principalmente en lana ovina, pero también en carne”.

Entre los expositores de los talleres, destacó la figura de Jorge Bonino, doctor en Medicina Veterinaria, académico de la Universidad de la República de Uruguay, jefe del área de transferencia del SUL, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ex presidente de la Sociedad de Criadores Romney de Uruguay y creador de la misma y profesional con una vasta trayectoria en el rubro ovino reconocido a nivel internacional.

¿Cuál es la importancia de esta alianza que se ha creado entre Ovisnova y el Secretariado Uruguayo de la Lana?

“Lo importante es sumar acciones y actividades que permitan crecer en conocimientos y aumentar la cantidad y calidad de sus ovinos y sus productos en Chile”.

¿En términos comparativos dónde está Uruguay en este rubro y dónde está Chile actualmente?

“Uruguay desde hace años es muy reconocido en la calidad de sus lanas y en lo concerniente a carne ovina también. Ejemplo claro es el ingreso con carne ovina con hueso a EEUU mediante la figura del “compartimento” a pesar del status sanitario diferente en Fiebre Aftosa. Chile tiene productores y técnicos con mucho interés en mejorar y abiertos a capacitar y trabajar para mejorar su genética, productividad y productos”.

¿Qué nos falta para alcanzar más y mejores logros para nuestros productores ovinos tanto respecto a la lana como a la carne?

“En lana lograr incrementar la producción de lanas finas de calidad para acceder a mercados sofisticados que pagan más y así mejorar los ingresos. En carne lograr un producto de calidad y seguro para acceder a mercados “elite””.

¿A su juicio cómo impacta en el desarrollo del sector el trabajo que realizan instituciones como Ovisnova?

“La integración y suma de esfuerzos es la base para ser eficientes. Juntos técnicos y productores permiten cumplir objetivos”.

Hablando netamente del tema de la carne, ¿cómo logró Uruguay posicionarse en algún minuto como el tercer exportador de carne ovina del mundo?

“Analizando y definiendo el producto que reclamaba el consumidor internacional en base a la genética disponible en el país. La generación y transferencia de conocimientos son claves en el éxito”.

¿En qué consiste el programa nacional de investigación y producción de carne y lana de Uruguay?

“Juntas, Instituciones públicas y privadas con apoyo técnico y analizando propuestas de los productores se definen líneas de trabajo en genética, nutrición, manejo y sanidad que permitan aumentar la productividad”.

¿Es posible aplicar algo así en un país como Chile o nos falta mucho para llegar a eso?

“Por supuesto que es posible pues hay interés de progresar y por lo tanto es clave acordar y definir juntos los objetivos para alcanzar las metas propuestas”.

¿Actualmente, en qué está el desarrollo de este sector en Uruguay?

“Es muy bueno, pero no se está quieto pues siempre hay cosas para mejorar o incorporar nuevas opciones que se reflejen en mejores ingresos”.

¿Cuáles son los planes a futuro en medio de esta alianza con Ovisnova?

“Realizar actividades de capacitación, intercambio de experiencias y definir una ruta clara que permita aumentar la productividad y calidad de sus productos. Hoy se piensa en actividades con las artesanas, con los productores, mejorar la esquila y acondicionamiento de la lana, incorporando planes reselección e intercambio de genéticas. Giras de capacitación y empezar a explorar potenciales mercados”.