David Avello presentó libro que rememora la vida de campo de los años cincuenta

-¿Cuál fue su experiencia en esta nueva versión de la Feria del Libro Bio Bío Lee?

Para mí fue absolutamente novedoso, muy lindo y agradable. No conocía Los Ángeles y es maravilloso.

-Fue la excusa perfecta para presentar su libro y, además, conocer una nueva ciudad.

Sí y muy linda. Pese a que había venido a algunos colegios, nunca tuve la ocasión de conocer Los Ángeles.

-En esta oportunidad, aprovechó de presentar su libro “El niño Manuel. ¿En qué se inspiró para escribir este libro y en qué está ambientado?

Yo diría que es un libro que recoge, más o menos, los años 40 ó 50 de Chile o de cualquier país de Latinoamérica porque el mundo rural de América Latina es prácticamente el mismo.

El libro habla de un niño que fue abandonado en el campo y recogido por un par de viejos -una cocinera y un picador de tierra- y que para poder criarlo y entregarle valores, tuvieron que esconderlo porque evidentemente si lo recogían en el campo no había colegio cerca.

Toda la educación que le entregaron se la fueron dando a través de su propia vida, su forma de ser, sus alegrías, sus esperanzas.

-Desde esa base, ¿cuáles son los principales valores que se rescatan en esta novela?

El amor, sobre todo el amor. La ternura, el respeto, la caridad; es como leer El Principito, guardando las proporciones.

Sobre el autor

David Avello nació en Talcahuano y es obrero metalúrgico, Mecánico Industrial, Pescador de alta mar, además de Carpintero y Albañil.

En la actualidad, trabaja en la Biblioteca de Artistas del Acero en la ciudad de Concepción.

A lo largo de su carrera de Escritor, ha ganado más de 40 premios literarios. Su último libro, El niño Manuel, ganó el premio El Barco de Vapor Chile 2016; fue justamente éste el que presentó en esta nueva versión de la Feria del Libro Bio Bio Lee.

-A lo largo de su vida se ha desempeñado en distintas profesiones, que muy poca relación tienen con las letras. ¿Qué fue lo que lo motivó a empezar a escribir?

En una oportunidad, estando en la siderúrgica, la Periodista del lugar me dijo “David, llegó un poetita, llegó un poetita del norte” y eso como que me picó. “Un poetita”, dije yo, si nosotros los obreros también podemos ser poetas y buenos escritores.

Ese fue su desafío, aquello que lo que lo motivó a publicar, porque David ya escribía desde antes.

-¿Cómo ha sido el camino? ¿Ha sido complicado? ¿Qué es lo que podría destacar de él?

Ha sido lindo, a pesar de las dificultades. Ha habido muchas dificultades, pero en general lindo, maravilloso.

Particularmente, de este último libro (El niño Manuel) es el contacto con los niños. Eso es impagable. Yo creo que un escritor se realiza comunicándose con sus lectores y, en este caso, mis lectores son los niños.

-¿Cómo fue la interacción con el público en esta Feria del Libro?

Me gustó. Pensé que no iban a haber más de dos o tres personas y, poco a poco, la sala se fue llenando prácticamente; me gustó mucho. Además, se produjo una comunicación muy linda.

-Hace más de 30 años que se dedica a escribir y publicar libros. ¿Qué significa para usted, el haber ganado más de 40 premios en toda esta trayectoria?

Cuando inicié, una de las dificultades que tuve para presentarme frente a los demás era el no ser académico y no venir de una universidad.

La mayoría son periodistas o con alguna profesión. Yo era un obrero, me costó mucho. De alguna manera, mis publicaciones fueron fundamentando mi peso.

-¿El haber consagrado todos estos premios es motivo de orgullo, en base a lo complicado que resulta publicar un libro?

Todos mis textos, a excepción de El niño Manual, son autoeditados. En más de alguna oportunidad postulé a los Fondo de las Artes y la Cultura (Fondart), pero hay que tener otro tipo de ayuda y si alguna vez me ofrecieron ayuda de ese tipo, no la quise aceptar.

-¿Cuáles son los desafíos para los próximos meses?

Me encantaría publicar más libros, ganar más premios, salir. Espero que venga todo eso.