• Estudiantes de Antofagasta, Arica e Iquique, realizaron distintos trabajos voluntarios en pueblos ubicados al interior de Calama como Socaire, Talante y San Pedro.

Remoción de escombros, construcción de plazas, embellecimiento de espacios públicos y limpieza de terrenos, fueron alguno de las labores realizadas por los 70 estudiantes voluntarios que protagonizaron los trabajos de invierno 2019 que la institución Santo Tomás, realiza año a año con el propósito de mejorar la calidad de vida -en esta ocasión- de familias de las comunidades ubicadas al interior de Calama, que resultaron afectadas tras las fuertes lluvias que azotaron al sector en febrero de este año.

Iniciativa que fue el resultado de una planificación en conjunto a la Corporación Municipal de Desarrollo Social de San Pedro de Atacama, a través de extensas jornadas que, a pesar de las bajas temperaturas, lograron concretar obras de reparación en Talabre, Socaire y San Pedro de Atacama, en base a las necesidades de pueblos en su mayoría habitados por personas mayores.

Dina Pérez, presidenta de la junta vecinal Los Algarrobos en San Pedro, expresó que “esta villa se fundó en 2002, y en ese entonces fueron 73 viviendas entregadas en su mayoría a mayoría a mujeres y madres solteras, por lo que esto fue de gran ayuda ya que justo estábamos en periodo de arreglar nuestra plaza, y finalmente son muy pocos los vecinos que se involucran en este tipo de trabajos.”

Talabre

Ana Soza, pobladora del lugar desde hace más de 50 años, manifestó que “vivimos del cultivo de papas, habas, damascos y manzanas, por lo que necesitamos mucha ayuda en el trabajo de la tierra debido a que muchas personas mayores deben realizar quitado de maleza para cosechar, siendo un trabajo muy forzado. Gracias a la ayuda de estos estudiantes, la tierra ya está lista para ser sembrada en septiembre y cosechada en enero.”

Ana Soza, pobladora de Talabre desde hace más de 50 años.

Las duras condiciones climáticas del lugar, obligaron a los pobladores a radicarse en Talabre -nuevo- a unos 3.250 metros de altura, luego de que en 1985 fuera abandonado el antiguo sector ubicado a 7 kilómetros del actual, a causa de mínimas temperaturas.

“Sabemos que la vida aquí es muy cruda, por lo que trabajar en este lugar significó mucho para mí y mis compañeros. No sólo nos sirvió para interactuar con gente nueva y conocer lugares inhóspitos y desconocidos que necesita muchísima ayuda con el trabajo de la tierra para el cultivo.”, expresó Benjamín Martínez, alumno de Diseño Gráfico en el Instituto Profesional ST, y jefe de cuadrilla en Talabre.

Benjamín Martínez, estudiante de Diseño Gráfico IP Santo Tomás, y jefe de cuadrilla en Talabre.

Socaire

24 niños de entre los niveles preescolar y escolar de la escuela pública de Socaire, resultaron beneficiados con la serie de obras de reparación y embellecimiento en su establecimiento educativo, como pintado de salas, arreglo de conexiones eléctricas y de cañerías, construcción de juegos y jardinería en el patio, entre otros.

Sobre esto, Valeria Fábregas, estudiante de enfermería y voluntaria por quinto año consecutivo, expresó que “efectivamente trabajamos mucho, pero tenemos el aliento de servir a la comunidad, en este caso, a los pequeños que estudian en esta escuela que no tenía las mejores condiciones. La idea nuestra es siempre aportar con un pequeño granito de arena para mejorar la calidad de vida de los pobladores que en verano vieron destruida muchas de sus tierras y propiedades.”

 

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